Dios de las maravillas
haz que muera mi semilla
y germine en tu mano
do esculpida es la heredad
Abre de par en par
las puertas del templo
sé tú aliento, sé sustento
alimento de la eternidad
En tu ley encuentro vida
el poder es manifiesto
los profetas lo anunciaron
allí vi la piedra angular.
Cuan glorioso es el consuelo
donde sanan tus ungüentos
y se borran cicatrices
con la luz de la divinidad.
28/9/24
Entro en tu materia blanca,
en tu luminosa espesura;
me hundo en las ondas insondables
de estas aguas densas.
Soy grana del paraíso
aromando la tierra y las tortas
para los humildes;
la raíz avellana sanando
la circulación, desinflamando
la entraña herida,
repartiendo la consolación.
Me llamaste entre las islas,
de entre los emigrados;
bendijiste mi sangre parda
que atravesó el suelo del bosque,
serpenteó las dunas,
se bañó de nieve
y cruzó los mares de Edén.
Bienaventurados mis hermanos,
con ellos me gozo
los sueños solemnes,
las visiones de tu gloria,
el sonido de la bocina
proclamando la victoria.
Oh, qué fortuna! es esa de mirar
en tus letras de plata,
en tus fuentes de oro
de la Vida Eterna
y perderse a perpetuidad
en las piedades de tu misterio,
ejercer el ministerio.
Aleluya!
Tu sonrisa, ilumina
(Foto tomada por Ingrid, en el teleférico, Cañón del Chicamocha)
Pensando en ti
camino camino sin cesar
atrapo caricias en la oscuridad
voy con prisa
a la plaza de tus fotografías
a hallar vestigios
en las líneas de expresión
subo escaleras
en mi confusión
hoy compilo besos
de cada rincón
Y es que no puedo evitar
regresar
donde la tortura
era quedarse prendida de tu boca
ficar
en los callejones
donde cuelgan las rosas
las codornices juegan su ronda
y en la noche los pétalos se abren
las burbujas en el jacuzzi
explosionan
ungüento de manzana
20 febrero 2012
Mensaje de marido
Extremos
Una mirada suspendida
al borde del silencio
entre comillas
espacios tímidos
olvidados.
Atrás de las palabras,
tu mirada, un grito
el beber de tu beso
pronunciar tu nombre
de la nada
fugaz retorna la inocencia
21 febrero 2012 mensaje de Fausto
Quiero pensar en los extremos en este ser que me has hecho a imagen y semejanza de tu beso. Asido a nada, solo a los recuerdos
.
Tiempo
Descansar y esperar,
habitar la esperanza,
confiar,
soñar,
cosechar los frutos
para sentir la paz
descansar en ti,
caminar por peldaños,
arrojarme a tus alas,
encontrar la luz,
repetir el amor
de tu dulzura,
apoyarme en tu llanto
en la suave caricia de tus manos
enjugar,
habitar
tus tristezas y miedos.
Tiempo…
compás de espera…
saborear en silencio la ternura en tus ojos,
despertar esta noche,
pronunciando
tu cuerpo que repite caricias,
mi sed,
nuestros deseos,
tu mirada,
tus labios
acunando mitades,
frutos que aguardan
para perpetuar nuestro amor,
en nuestros hijos...
Dugadito tuyo
JFGM
¿Repartieron los despojos sin vencer en la guerra?
Yo ganaba cuando poseía el amor,
la piel madura tan suave como la de un niño.
Yo ganaba cuando trazábamos las mismas rutas hacía el sur, y mi norte en la conciencia.
Estoy en cero y sobrevivo:
Elías me envió veinte cuervos a darme de comer;
enfrento a los falsos profetas que me persiguen y me acusan, pero las zanjas están llenas de agua y espero que descienda el fuego.
Me gozo ahora, en este tiempo estival cuando se acerca la sequía para romper la piedra de los endurecidos, y sea revelado el corazón de carne.
Voy por caminos y hallo rejas blancas, y me hago moho para filtrarme entre los muros.
Me hace gozar el nombre que me da otro nombre, la dignatura.
Talvez tengo de Job la llaga, o su santa sangre, o soy David huyendo a la cueva para perdonarle la vida a Saúl, ungido.
Entre los diez limpiados de la lepra, quiero ser el que regresa a los pies de Cristo a dar las gracias.
Mis manos están lavadas con agua de manantial; nada puede perturbar lo que se ha hecho con amor, ni siquiera una palabra sucia.
He de salir del pozo del abismo
abrir los cerrojos, romper los grilletes
con el sortilegio de la piel mudada
en el luminoso rostro de la aurora.
He de vencer a espada de dos filos
el lazo mordaz de decirnos adiós
con la sed hinchada por bebernos
y la hamaca ondeante y vacía.
He de rasgar el manto de la prisa
desnudar la espera, avergonzarla
dejarme ir en el acorde cálido
en el hilo de araña de la esperanza.
He de volverme palma africana
refulgir con el aceite de mis frutos
vestirme de azucenas blancas
en el bramido que batió las aguas.
He de encallar con mi velero firme
en tu orilla rodeada de gaviotas
despertar sin el fragor de la tormenta
a la bienaventuranza de tus manos
y retozarnos
y retozarnos.
"El amor de los hijos del águila,
En la punta de la flecha ya está, invisible, el corazón del pájaro.
En la hoja del remo ya está, invisible, el agua.
En torno del hocico del venado ya tiemblan, invisibles, las ondas del estanque.
En mis labios ya están, invisibles, tus labios". William Ospina.
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¿Eternidad?
(Basado en el poema de Wiliam Ospina, El amor de los hijos del águila).
Me preguntas de la eternidad
y te respondo:
¿Dónde hallaste la fórmula
del beso que temiste?
Yo asumí un relámpago
la lanza del cazador
experimentada en fuego
que pone la llama
en el corazón de su presa.
¿Sabes advertir
el vuelo certero del alcatraz?
¿Conoces su exacta ecuación?
La mar es su secuaz
que deja sin dolor rasgar sus vestidos
sorprendida por poco menos que
un soplo de viento.
¿Pesaste acaso el ímpetu del colibrí
trasmutado a la flor?
Hipnotizado bebe en su redoma
la cicuta amorosa
sin importar la febril urgencia
que acorta sus horas.
¿Tienes licencia para diagnosticar
mi espíritu en vilo?
Con el mismo frenesí
de una gata perseguida
en estampida traspongo el cielo
para ver en tus ojos
un trozo de eternidad.
Dic 16 2011
En intenso secreto se derrama
todo el caramelo de tu alma
la dulce suavidad de tu belleza
mojada en el perfume de tu boca.
Siempre llueve, busco el nido
donde entibiar mis sueños,
la húmeda marea de tus océanos
la abrasadora arena de tus playas ,
el muelle para encallar mi herida,
la íntima delicia en tus azahares.
La lluvia cubre tu fragancia
que sabe a tierra, a paz, a pena,
sabe a pan, poemas y silencios,
a la ausente lluvia de tu espalda.
De dugadito mojado y frio, para ti...
amo tú
estoy sacado de onda sin ti
Dic 2011
Aforismos de amor
Te necesito
en mi amor, no hay medida
si estás conmigo, despierto
sin ti, soy sombra deambulando
quiero detener el tiempo, el humo
delata el fuego intenso de mi amor
Mi amor existe en el diccionario de la RAE
puedes buscarlo con la letra C
Solo existes tú, afuera solo hay nada,
El amor se siente cuando respiras,
si no, eres un pez con branquías,
cola y escamas, sirena de mar.
La frialdad de tus letras, enmudecen
ante el intenso vaivén de tus caderas.
Quiero hablarte, amor, con mis silencios,
escucha, dice más que mis palabras.
J.F.G.M.
El frio se entrelazó con mis suspiros
Y tu espalda fue la calidez que me volvió la vida
Ese latir tan fuerte entre mis manos
Ese estar así tranquilizados
Es un rompecabezas de delirios tenues
Abrazarte y pensar que solo tú y yo
existimos en el universo intenso de tus ojos.
2023
J.F.G.M.
Vive por siempre, amor de mi vida.
C.V.L.
Carta de Fausto en respuesta al poema Baladí
Insustancial
Estas paredes esconden mis secretos
que oscurecen mi espalda tras la pauta de sol
salvando el cristal de la grafía agridulce de tu fuego
De nada sirve el burbujear de olas que implanta
caligramas en tu alma bajo la ropa del mañana
Todo es vaga apariencia
mientras no regreses a pagar la afrenta
de robarte la piel de mi verano
que con denuedo ocultó un suspiro.
...
Estoy mal, sin ti
No puedo separarme de ti... te llevo en mi genoma...
en cromosomas...
Muero a pedazos, cada día sin ti.
J. F. G. M.
El reloj rayaba las diez
y el desayuno estuvo dispuesto en la mesa
el conserje me acompañó a apaciguar la espera
mientras untaba un trozo de mantequilla a mis ansias
para pasar el alimento que se atragantaba
luego limpié mis labios
quienes serían maestros
en la hora en que emanan los azahares.
La puerta del Hotel traía tu aroma de viajero
ninguna parada de tren fue más precisa en la estación
que ese latido intenso que te presagiaba
en el aire frío
en las corrientes del viento
que erizaban mi piel.
Decidí entonces recurrir a aquellas
señales
que te condujeron a mí por primera vez
Tejí para ti una gran red de araña
empuñé un carbón
y empecé a escribir sobre una piedra
la eché a rodar hasta la puerta
como un sortilegio que besaría tu pies.
.jpeg)
Basado en el poema de José Ángel Bues
"ELEGÍA LAMENTABLE" José Ángel Buesa:
"Desde este mismo instante seremos dos extraños
por estos pocos días, quién sabe cuántos años...
yo seré en tu recuerdo como un libro prohibido
uno de esos que nadie confiesa haber leído.
Y así mañana, al vernos en la calle, al ocaso,
tu bajarás los ojos y apretarás el paso,
y yo, discretamente, me cambiaré de acera,
o encenderé un cigarro, como si no te viera...
II
Seremos dos extraños desde este mismo instante
y pasarán los meses, y tendrás otro amante:
y como eres bonita, sentimental y fiel,
quizás, andando el tiempo, te casarás con él.
Y ya, más que un esposo será como un amigo,
aunque nunca le cuentes que has soñado conmigo,
y aunque, tras tu sonrisa, de mujer satisfecha,
se te empañen los ojos, al llegar una fecha".
.................................fragmento
Mensaje de marido:
ELEGÍA PARA MÍ Y PARA Tí
I
Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.
II
Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.
III
Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos...
J. Fausto González Martínez
I.
Que sabes tú del campo de trigo,
de las espigas que acaricia el viento,
de la tierra y el pan que surge de la espera
Qué sabes tú, amor, si la lluvia que humedece
los trigales es levadura que brota de mi alma.
Tú no sabes amor de mi cosecha segada,
de las mieses que la vida ha derribado
con esta espera ansiosa de las lluvias estivales.
Qué sabes amor de este gélido verso en las estepas
de este frio que congela la tristeza, de este andar sin rumbo
No sabes lo que es despertar de madrugada con tu nombre
pegado a mis estrofas, con la esperanza rodando boca abajo.
II.
Regalalame esta noche, amor
para besar la fragancia de tu versos
el dulcísimo néctar de tus pechos,
la azucena que aroma tu intima delicia.
Tu blanca piel de luna mariposa
cálida, tierna, suave, húmeda luz
sabe a sol, a despertar entre tus brazos
emana el sabor anís del cardamomo.
Arde el amor porque perdona
no busca perfección en los enojos,
ni en la envidia que irrita sin razón
de los desvelos tu vientre generoso
hecho de ti, de nuestros sueños
de pequeños milagros que adormecen
este tocar tu piel sin acusarme
de abrir las puertas sin cerrarlas.
Reconozco retórica en mis letras,
sé de la redacción en los adverbios
en tu rima, del poema que emana
de tu piel en el perfume de tus labios
sonrosados, dulcísimos de miel.
Amar es llamarte por tu nombre,
recitar en parábolas promesas
transformar tus dones en pasiones
y reír, con llantos de tus frutas.
Eres suspiro y esperanza
alborada que llega apresurada,
para colmar mi aliento con el tuyo
y saciar mis ansias de adorarte
como mi diosa, amiga, amante,
esposa.
Dulce candor de mis mañanas,
¡te amo!
18 feb 2010
J. Fausto González Martínez
Otra vez no estás, es como si
las burbujas de la vida se dividieran en ciclos;
insomnio deambulando por la casa sin ti,
confusión y desconcierto
con cierto desierto, soledad acostumbrada de dos en dos, enmudecida en sollozos,
bailando con las olas
solos tú y yo en la bañera,
acariciando las soledades de nuestra piel.
Descubrir que existe un verso a punto nacer,
parir cotidianamente el amor en tu cuerpo,
huerto fecundo para sembrar en tu aliento
sediento
el volcán de tu besos ardientes.
J. Fausto González Martínez
