Otra vez no estás, es como si
las burbujas de la vida se dividieran en ciclos;
insomnio deambulando por la casa sin ti,
confusión y desconcierto
con cierto desierto, soledad acostumbrada de dos en dos, enmudecida en sollozos,
bailando con las olas
solos tú y yo en la bañera,
acariciando las soledades de nuestra piel.
Descubrir que existe un verso a punto nacer,
parir cotidianamente el amor en tu cuerpo,
huerto fecundo para sembrar en tu aliento
sediento
el volcán de tu besos ardientes.
J. Fausto González Martínez
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