jueves, 29 de agosto de 2024

Sobre un árbol sembrado en el viento



¿Qué fue de aquel sueño de la zona fresca donde crece el bambú y el árbol de mango?

Le ansiaba cuando el musgo de los gallineros se extendía frente a mis ojos;

le busqué donde los sabinos besan el lago.

Hay un árbol impronunciable en mi mente:

Le llamaré tormenta lejana,

abedul caído,

¿Cicatrizará los pechos heridos,

sanará las coyunturas inflamadas,

polvo centelleante del mar cristalino?

Le limpié la fiebre cuando estaba dormido;

le llamaré sombra del álamo,

sobre sus hojas escribí esa canción

que canto en el vuelo de la noche.

Llevo tiempos de tiempos reteniendo su sagrado nombre;

sobre estas manos temblorosas me quedó el rocío,

y bajo mi corteza parte de su savia.

Ni fiera ni ignominia cercenaron sus ramas,

fueron limpias y firmes aun sus raíces de mi tierra desprendidas,

y se vistió impecablemente para no volver.

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