1 mayo de 2010
Estas paredes esconden los jeroglíficos
que sombreamos con la espalda
no habrá rayo de sol
que los evidencie con vidrio
ni tampoco escritura con limón
que se revele ante el fuego.
De nada sirve la luz ultravioleta
ante la sangre que hirvió dentro
ni ADN se encontrará en la espuma de mar
que por osmosis se prendió en mi pecho
No hay interprete que lea tus caligramas
bajo la ropa de la mañana.
Todo es vaga apariencia
mientras no regreses a pagar la afrenta
de robarte la piel del verano
que un día con denuedo te cubrió.
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