I.
Que sabes tú del campo de trigo,
de las espigas que acaricia el viento,
de la tierra y el pan que surge de la espera
Qué sabes tú, amor, si la lluvia que humedece
los trigales es levadura que brota de mi alma.
Tú no sabes amor de mi cosecha segada,
de las mieses que la vida ha derribado
con esta espera ansiosa de las lluvias estivales.
Qué sabes amor de este gélido verso en las estepas
de este frio que congela la tristeza, de este andar sin rumbo
No sabes lo que es despertar de madrugada con tu nombre
pegado a mis estrofas, con la esperanza rodando boca abajo.
II.
Regalalame esta noche, amor
para besar la fragancia de tu versos
el dulcísimo néctar de tus pechos,
la azucena que aroma tu intima delicia.
Tu blanca piel de luna mariposa
cálida, tierna, suave, húmeda luz
sabe a sol, a despertar entre tus brazos
emana el sabor anís del cardamomo.
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