viernes, 31 de enero de 2025

Estrechamente


"Había gritado «¡Te quiero!» como se grita «!Adiós!»

Y: «¡No puedo separarme de ti!», con los ojos llenos de horror".

Claudine Collet, de su novela El trigo en ciernes, Le blé en herbe, 1923.


“¡Estrechamente todavía el alma, en la incisión del cuerpo!” 

 Saint-John Perse - Anábasis y otros poemas.


¿Qué fue de la réplica del temblor,

de la tibia incisión, del fruto del algarrobo?

¿Quién cantará el estribillo de las 

buganvilias rozando el alféizar?

¿Podrá ver desde su orilla

la cabaña lejana, el terreno yermo?

En su último esfuerzo se pronunció diciendo:

"¡Tú ya hiciste todo por mí!"

como loba gris, arraigada a su estampa.

¿Y qué puede hacer un alma inhabitada

condenada a un fado sin respuesta?

Así, con el espanto en los ojos, ciega,

besé el cuerpo hinchado que tanto amaba,

porque amé con mi única posesión,

y estrechamente, de alba a alba.

Sin cumplir la promesa de los gansos,

me siento en mora con el guacamayo azul:

se enquista la ausencia.

Su recuerdo es un alminar desde

el que esbozo la plegaria;

la endecha de un coro angélico

escrito en las nubes de este letargo...

Y esta manera de morir tan lenta,

convocando un abismo inabarcable

que no sabe traer lo que me urge.


31/1/2025


Poemas a dos manos


SILBA EL VIENTO

sobre los riscos del recuerdo

El frío cala, la ansiedad, un hilo

desmadejado en el cilicio del olvido.

La hiladora acompasa nuestro huso,

enfila al sendero donde existe la durmiente;

queda atrás la realidad, 

el señorío de las flagrancias de tus manos 

que se asen al peldaño adormecido

en el trémulo suspiro que acaricia

los vaivenes que me das a cuenta

en este calendario interminable...

Pasan las horas y presiento

el vino que tiembla en el ombligo,

la lengua que abre surcos 

ahora ausente.

Regreso a cavar en el libro abandonado



esas letras que pendían cual aretes,

que tú hilabas cada tarde justo antes

 del concierto de corales;

y hundida en altamar despierto 

en tus páginas de sal 

a merced de tu marea y de tu brisa.


Amatista y Frodo


LLORO

Lloro, aunque no lo veas lloro,

soy una represa contenida en llanto

y en cada lágrima brota tu nombre

porque este es mi canto.

Canto de amor que quiero que se vuelva río

y recorra tu valle, tu bosque,

y haga volar mis gacelas,

y así salvaje, de amores ficticios,

de sueños efímeros

confluyes en cada verso/

te amo con el corazón empuñado,

maltrecho, malherido,

-este dolor que escurre mi sangre-.

Mi metafísica emoción,

mi aletargado suspiro: vuelves a mis ojos.

Te veo, desnudo y sin prisa,

te veo regocijado en mi hamaca,

luego despierto

como un sortilegio maldito

que empaña mis noches/

y me bebo tu veneno

-no me importa si es ajeno-

le robo al sueño tus recuerdos.

Esparzo en el viento mis aromas,

para que me extrañes,

para que corrompas tus pensamientos,

así como invades los míos/

y deseo de tus labios el néctar

celestial que brindas,

esa ponzoña anhelada por siempre,

la mágica inquietud de poseerte.

Retorno al tiempo infinito,

la música que en mi tocaste un día/

el sonar de las campanas que me embelesan,

tus granadas florecidas,

la fiesta de amanecida,

ese tren sin regreso

en que embarque mi alma/

y lloro, felizmente lloro

porque te amo.


Amatista y Seráfico 



SINFONÍA DEL SINSONTE

Rendida estoy a ti, sedienta de tu cuerpo, 

cohabito tus sueños tibios, 

con la esperanza que despiertes 

la fragilidad de mi piel de abril.

Abierta estás al infinito anhelo 

de succionar con mi voraz “famelia” 

el néctar de la flor de tu camelia 

en el máximo clímax de tu celo.

Húndete en mí, amor, 

mi mar espera por tu río, 

y en lo profundo surcos nuevos nacerán, 

surgirá el vaivén de las olas 

que en la mañana sobrevolarán gaviotas.

En la clave de sol tuya, 

busqué afanoso de tu piel la nota...la más profunda, 

la nota wagneriana, la que furtiva hasta tu piel rebota.

Mis manos son espuma que te baña,

mi aliento el rocío que tus poros reclaman,

no soy; somos uno, este maravilloso juego de amarnos.

Todo arde en el éter de estas paredes

en las sandalias de este momento, 

y es que estamos tú y yo unidos 

en esta hora incierta que me recuerda y eterniza 

como la necesidad impostergable de toda carne.

Huelo el aroma de tu selva encendida 

y te bebo completo en esta noche gitana.

Recuerda los dioses duermen,

no sabrán los pecados de tu carne en mi carne.

Sigue las rutas que anhele dibujar tu boca,

sigue el instinto que devora mis lúgubres soledades,

sigue el unísono sentir, 

tañe con tu instrumento, 

termina la obra magistral de música

que comenzó con nuestra mirada.

Devoro tu cuerpo como Saturno a sus hijos,

y es que siento como tus aspas

rompen el madero de mi cautiverio

y soy el reventar de olas nocturnas, 

el caudal que silencioso recoge la nieve del verano.

Provoca mi alma, amor, que ya es tuya,

para ti declarada, soy ahora simiente florecida,

regocijada, presa en la libertad de poseerte,

abrázame, dulce tejedor de las fibras

que colorean mis sentidos.

Cabalga en las delicias de mi cuerpo

y descubre este sabor de sal que me brota

yo beberé la miel de tu pasión y el vino de tu copa

mientras mis carnes trémulas te piden ansiosas

que deslices tus caricias en mi cuerpo

y tus caderas las delinearé con el tacto de mi boca.

Parece de pronto que el tiempo se ha esfumado

¿cuánto habrá tardado mi boca en alcanzar la tuya?;

pecho con pecho sigo penetrando en tu vida;

tu respiración ceñida, presurosa, 

quejumbrosa copia la prisa 

de nuestros movimientos... el estruendo final... 

nuestros cuerpos son sólo placer

y la mitad de mi vida viajando a tu cuerpo.

Somos una historia que deja un eco entrelazado, 

sinfonía del sinsonte


Amatista - Seráfico



COMO SI LOS CIELOS ME HUBIERAN ABIERTO SUS PUERTAS

“ Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi Amado, 

que le hagáis saber que estoy enferma de amor...”

Cantar de los cantares, Rey Salomón


La Esposa

Te veo descender

impregnado con chispas de estrellas;

como si los cielos me hubieran abierto sus puertas,

como si la lluvia me sorprendiera desnuda

y me diera un traje nuevo

¿Será la luz de tu amor que me ha bañado?

¿Serán tus besos que se han posado en mi boca?

El Esposo

Tu traje es una hermosa filigrana de luz y seda

trenzada en amor y fantásticas rosas,

como un beso sublime y ardiente en tu boca...

Un vívido ropaje que en la noche te plena.

La Esposa

Me has amado desde los siglos,

mientras yo dormía;

ahora me despiertas, me conectan al mundo tus fibras

febriles.

Festejo tus manos acariciando mis palomos

¿Qué son tus dedos, si no tallos que sostienen mis flores?

El Esposo

Amada mía, paloma mía....

¡Tú estás desnuda esperando la lluvia

ya brotan de ti jazmines sonrosados!

y una rosa en botón en tus senos amados

danza para mí con un canto sagrado...

Yo forjo un bastión en tu pozo encantado

y grávida ya vibras en gozos azules

¡Yo velo tiernamente tu fruto azulado

y doy besos calmos a tu cálida ubre...!

La Esposa

Con tu aceite fino has encendido mi lámpara,

beberás de las reservas del vino,

me dirás Ave Fénix, desde ahora estaré en vela

para que vuelvas con tu llama ardiente a incendiarme.

El Esposo

Eres linda, mi Amada,

tu cuerpo es mi prado y santuario,

es dueño tu talle de sabias cadencias

y tus piernas se avienen perfectas al son de mi descanso.

Tu vientre es trigo, porcelana y agua de mis ríos

y tus pies un ánfora divina que consagra mis senderos....

Trae tu mejilla a mi pecho, pues la lluvia declina y se aleja:

ha dejado en ti un velo que te guarda hermosa y fresca para

mí....


Amatista y Alfredo

viernes, 24 de enero de 2025

Fractal


La cera derramada en las vasijas,

los pabilos humeantes;

y al contacto de nuevo: las lumbreras,

las corrientes tibias de ternura extrema.

Un fractal sumado a otro

copando la cúpula de un templo;

la nieve impoluta 

bañando los pinos reverdecidos.

Los palomos dormidos

despertando en altos nidos

como capullos abriéndose

en el claroscuro de humedecido lienzo.

Las papayuelas en almíbar

enviciando el paladar

como estelar sacarosa,

creando una inminente necesidad.

La mimosa púdica

ocultando tras su recato

lenguas de fuego encogidas

al mínimo viento.

La salud de un cáliz sagrado

colmado de lo reservado

del más fino lagar,

de voluptuosos frutos.

Y yo, deshaciéndome; 

mordiendo diminutas escamas de sal,

como partículas de granizo que se esfuman

en el suelo de tu piel y de tu boca.


(Recordando a mi BB hermoso, JFGM)

24/1/2025




martes, 21 de enero de 2025

Aquí todo te extraña




Hay un sollozo en el aire de esta tarde,

una pena franca y transparente

que unta en mis poros su salitre.

El viento en la otra esquina

cruza los brazos y frunce el ceño,

no se le antoja silbar hasta esta calle.

El pechiamarillo vino a buscar comida

en el plato de mi perro negro,

porque la higuera le esquiva la rama

para tomar el fruto.

Nadie quiere hacer su oficio;

se acuclilla la voz en la garganta.

Hay un eco ahogado, medio mudo,

parece el presagio de las grietas

en las entrañas de la tierra

cuando el halito se condensa,

y de pronto, una furia arremete

contra nosotros mismos

-la hojarasca se hace polvo-

Cómplices de mi lenguaje,

las raíces ancestrales

nos convocan a ser volátiles,

a hablar el primigenio idioma antes de Babel,

confabularnos en la triple unidad:

blanco, negro, amarillo;

Dios y yo, y tú conmigo.


2009


Clericot

viernes, 17 de enero de 2025

Lanzada fui



Lanzada fui a un lago sin saber nadar

sin imaginar que me fueron entregados

todos los cisnes

que al agua reverencian 

Lanzada fui entre los líquenes

sin entender que debía surgir

como los nenúfares

en el día moteado por los querubes

Lanzada fui sobre este vacío

para encontrar en el salto

la cuerda salvadora

que me llene toda

Lanzada fui en el principio de la aurora

sin conocer que debía determinar

ser un sol sin impurezas

consumiéndome a mí misma

Lanzada fui en aquel manto

sin entender que subiría por la raíz

a descascarar la amargura

y limpiarme de la primera sepultura

Lanzada fui entre los leños

divagando sí resistiría 

y cuando desmayaba

desperté entre tus brazos sujetada.


miércoles, 15 de enero de 2025

¿Usted no sabe quién soy yo?


Una mujer expresó una vez ¿Usted no sabe quién soy yo?


Estimada Señora:

No sé si como muchos tiene agua de cometas

polvo de estrellas

si viene de LUCA o de África

si usted tomaba apuntes sobre las almas 

en uno de los tantos pisos de los cielos olvidados

si subió las toneladas que pesan las piedras de las pirámides

o levantó los monolitos

o incluso si usted tuvo en su mano algún cincel

para tallar las esquinas de los continentes que besan el mar 

si descubrió algo que ya existía sobre la tierra

si creó una ciencia por mí desconocida

con elementos que siempre estuvieron en el universo

No sé dónde vive ni conozco su casa

y no sé si su alma acampe dentro de una mansión

esculpida en la mano de mi Dios

y su vestido tenga brocados de oro

o al contrario, ni siquiera sé 

si su entramado sea de tinieblas

o sepa todas las magias oscuras

que manipulan a la mitad del mundo

o si evocando dioses tallados por manos de hombres

(mismos hombres que le dieron una voz

desde sus nostalgias sus soledades o sus abismos)

me conjure otro dolor para sumar 

a la factura que aún no acabo de pagar

y no sé si usted me mire de arriba abajo

como oliendo de cerca un ser maloliente

de esas miradas que le puede hacer arder sus propios ojos 

porque parece les duele como una úlcera

que yo intente ser otro brote más de hierba

que no se fija si el que la pisa es mendigo o rey

Con todo respeto y admiración

por las preguntas filosóficas que me ha generado

le agradezco me haga preguntarme

¿Quién soy?

¿Si todos viajamos en el tiempo

si los déjà vu son sueños olvidados 

o simples visiones de nuestras capacidades perdidas

si la cadena de ADN única formada desde la fecundación no es vida

pero la entamoeba histolytica puede defender sus derechos en el intestino?

En fin, son tantas preguntas

para no quitarle su tiempo no la quiero molestar

porque la inclinación de la tierra se puede afectar algunos grados

y no tengo quién me levante los dos brazos

ni soy Moisés esperando que el pueblo venza en Refidim

En verdad, sigo sin saber quién soy

Dispense las molestias, excelentísima Señora.





domingo, 12 de enero de 2025

Cenicero

Acunó los restos de un popurrí

de flores muriendo bajo la candela

como virutas que la maceta espera;

restos de un opiáceo no descrito,

un vicio sin tóxicos

y sin embargo, 

queda un dejo a menta o yerbabuena;

una adicción relajante 

como un masaje con lavanda

y el tibio té de azahares,

desinflamante como el árnica,

antiséptico y aromado como los clavos,

recomponiendo la piel como pomarrosa.

Fue testigo secreto

donde nos recostamos a limpiarnos,

a envolvernos las vendas,

y guardó las huellas de viscosas gotas 

y sin embargo, 

queda una arenilla hosca,

una lengua muerta indescifrable

acuñada en la tablilla de la memoria,

y las agujas sobre las sábanas

sentenciando un poema incompleto.

viernes, 10 de enero de 2025

Muscari

Me entrego a tus brazos

en caída libre,

a los tépalos del narciso;

pervivo traspasando las nubes contigo,

recorriendo abismos, sin testigos:

conociendo especies nuevas en los mares;

sabiendo del error de las edades

y la herrumbre en sus fantasmas implacables.

Desmayo, tropiezo con las viandas,

no me hallo, me vuelvo exánime,

desplomada en la oquedad de la vida;

y vienes a levantarme

como oxígeno oscuro

en el azul de mis profundidades.

Dame tu elixir discreto,

necesito tu substancia en mi armazón,

el jacinto de uva en mi caparazón;

elévame, hazme piedra de luna

para retener el agua;

dame tu medicina aromática,

el bálsamo después de pasar por la fragua;

rompe la gravedad que atrae el caos,

envuélveme en tu singularidad

donde tus privilegios fui a degustar.

Redivivo en tu blancura

en la vitalidad de tu transparencia: 

flor esqueleto esclarecida,

flor del cactus de San Pedro;

quiero contigo acta de permanencia,

las arras sobre mi pecho.


10/1/2025


Respuesta a poemas




Leyendo al poeta con Herromnes, el poema Corre, corre


Ese cierzo, sibila y lobo

ha de ser bastante peligroso

que por necesitar irte presuroso

atrapado te deja en su lindero.

Pobre hombre, que sin titubeo muere

apretado en serpiente voluptuosa

él se deslumbraba ante la diosa

y era espejismo mientras clava la ponzoña.

La hechicera, vestal sabe hipnotismo

le entrega una poción de los abismos

como mirando al excelso árbol de la vida

que sabe a cielo y pan, sabe a lirismo.




Leyendo al poeta Musador, Jorge. Poema Lágrima


Hay una lágrima que se llora dentro

del gozo de verse en su mirada

es la tristeza tenue, enamorada

que se mece en la distancia cuál rocío

y hace en el pecho de la amada un nido

para llover en sus ojos la cálida distancia

¿Pudiera decantarse su perfume

para ser del amor lágrima iluminada?





Leyendo a Extravagante, Amor luminiscente

"La caricia se enciende donde tú no miras"

¿En qué átomo, en qué espacio, dónde nace la caricia?

¿En cuál vaivén del viento, en cuál soplo de la entraña,

en cuál lumbre naciendo de las palmas?

¿Entró por la ventana levantando la cortina,

esperaba de soslayo recostada en la almohada,

entre los botones que se abren,

entre los suspiros que se caen en los muebles de la casa?

14/1/2025


Leyendo a Ignota Ilusión, poema Mañana interminable.

Si apenas una voz, 

la que resta en ese nuevo nacimiento,

convaleciente voz levantada en la garganta

que se hartó de gritar las incomprensiones,

si apenas una leve voz liberada de las ostentaciones

que vuelven putrefacta la armonía,

voz quedita en oídos celestiales,

nota de fino trazo en la silueta del aire,

voz danzante en la oquedad de la raíz,

voz fractal sobre la nieve

que vino a limpiar los escombros

de monte que una vez fuimos.

21/1/2025





Leyendo a Ramón Carballal, respuesta al poema Solitario entre vosotros


Aquí pensando, nada más (no es un poema)...

Si puedes ver tras las vanidades la luz del otro, en ti mismo, y en los recuerdos:

La pureza en la honda cicatriz de unos labios;

y tras los párpados de alguien que se ama el ensueño escondido:

los deseos ocultos, la intensidad de la selva,

la altura de los páramos vertiendo su agua, surtiendo manantiales.

Si puedes ver el abrigo y el reposo del árbol alado;

sucumbir frente a la palabra

o a la mudez de los rostros probados en el fuego; (recordé un poema mío)

la virtud diluida como restos de intensidad,

volátiles como las ondas de la música

elevadas frente al humo del cigarro que vuelve a tu boca

(como dos vicios en un mismo lugar, lo necesario y lo innecesario).

Y en medio de luminoso abrazo vuelves

a la realidad de los espejos que nombran otras siluetas, otros gestos

(con todas sus formas y aromas);

vuelves a ser la "piedra (que) enmudece ante la colmena de luz"

(y se me antoja pensar el niño cansado de llorar que reposa en un regazo,

como un moribundo solitario que desfallece con gozo en el vientre amado).

29/1/2025


Leyendo a Alas de Marioneta "Todas las letras al recordarla", mi ejercicio poético

Anterior a la
Brisa,
Casi
Detenida frente a la albricia,
Empinada,
Fervorosa en su mirada, callamos a los
Gemidos y las
Hélices del viento.
Irrefutable,
Juntamos los elementos, los
Kilovatios de
Luminosas corrientes, como líquenes
Mansos emergiendo de muertes, donde su boca era un
Numen de glorias inadvertidas. Y él amparándome como
Ñandú, sin vuelo, pero elevada a perfectos cielos.
Obstruimos obtusas oscuridades,
Por el exacto engranaje, por el aroma
Quemante de
Rizados pétalos de rústicas rosas. Días
Silenciados por arreboles crepusculares en
Torrentes de sangre que hinchaban el alma, como quien bebe de
Ubres el
Vertiginoso vino vaciado en lo oculto, la sensación de un
Whisky suave y fino en las papilas, como retornando a la sencillez de un
Xilófono de madera tañido en el Pacífico.
Yuxtapuestos hicimos un mundo nuevo, lejos del azogue, las incertezas
Zarpamos rompiendo olas, nos hicimos de un mar genuino.

15/02/2025


Leyendo a Pedro Olvera, respuesta al poema "La mancha"

Sé de esquirlas y manchas
De líquidos en la memoria de la sal
Que resultan como fantasmas dulces
Que no se quisieron ir
Y vuelven como una extraña ensoñación
Como si la experiencia de haber estado tan vivos fuera un trance subjetivo
Una alucinación que dice sórdidamente "es pasado"
Y el sueño no es sueño sino un sobresalto de amaneceres rotos agrandando el vacío
Sin embargo, no sé por qué seguimos aquí
Abriendo los ojos en un pasaje estático
Desde un flanco en el que observamos como si nos hubiésemos vuelto sabios
En el fondo sabemos que no somos nada
que todo a la nada vuelve
Y el caos trae un orden predestinado para el que quiere besarlo
Del otro lado estamos esos efímeros insectos con ínfulas de eternidad

01/04/2025

lunes, 6 de enero de 2025

Los caminos de la carne




Leyendo a Ana RV, su poema Los vagabundos


Como vagabundos que mendigan calmar ansias, 

hay una fatiga, el hambre pulula en el aire 

y no es concluyente la sed, 

los caminos se bifurcan.

Tal vez no sabemos redactar sobre el rostro 

y el cuerpo lo que queremos que lean 

con el tacto, con los silencios

sobre el húmedo tapiz donde

sudan su narcótico las amapolas.

¿Hay un braille improvisado 

o el otro ha perdido los sentidos?

Los caminos de la carne solo nos hacen más fuertes,

los senderos del espíritu más limpios;

ciegas son las resoluciones mirando

desde una rendija a medianoche.

Pavo real



“El frío se entrelazó con mis suspiros
Y tu espalda fue la calidez que me volvió la vida
Ese latir tan fuerte entre mis manos 
Ese estar así tranquilizados 
Es un rompecabezas de delirios tenues
Abrazarte y pensar que solo tú y yo
existimos en el universo intenso de tus ojos.” 
J. Fausto González Martínez

Pegado a mí, habiéndome de ti llenado

de tus delirios premeditados,

tomabas brasas en tus manos

para limpiarme del tiempo huraño.

Llegado por mi espalda como una manta

me refugiaba en la esperanza,

en el eco de tus risas

como el infantil coro que acaricia.

Recogías el universo, lo extendías,

me plegabas en tu cuerpo, me entendías;

fuimos aspas en el viento

sin rompernos, viviendo en tu aliento.

Fuiste vida, como aves en huida,

fuiste el silencio en mi algarabía;

fui la columna de tu techo;

la oruga que pintabas en el lecho.

Y quedó el olor intacto en tu camisa,

el almizcle que subió a mi cornisa;

el humo que ascendió en la chimenea,

las huellas de carbón de nuestra hoguera.

Me recosté a la sombra de tu higuera;

desesperaba cuál Jonás bajo la calabacera

porque un momento sin ti me sofocaba,

me era asfixia no encontrarte en la mirada.

El pavo real despliega hoy sus plumas,

es arrebol en el tiempo de la bruma,

y coronado en el amor vuelve a su nido,

no sin antes dejarme su latido.

Tribulación II

Julio 15, 16 2025 El núcleo de detiene y gira a la inversa enredando los hilos en el corazón  La mujer del cuadro se desdibuja ella hizo con...