(A Fausto Gonzalez)
Desde la ventana invento un bosque,
lo levanto con mis manos,
se alza más allá de mis ojos;
y te invento adentro: fiera silenciosa,
trinar de ave, sombra de árbol,
río, canto de espesura;
y me invento tierra, piedra, fruto,
miel, zumbido de insecto
entre el ramaje donde supe adorarte;
para decirte que aún te espero
en el lenguaje verde
como la plaga que conoce
lo que conviene devorar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario