(Valle del Cocora)
Soy una mota de algodón
contraída
como si una pequeña
eternidad se doblara.
Soy una vaina de arvejas
que abrió sus puertas
para que tus manos suaves
me circunden.
Soy embrión que se alimenta
del cordón umbilical del infinito
y siempre se encuentra
pegado a ti.
Me tienes enajenada
como si me hubiera tragado
una brújula
que sólo me indica tu norte.
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