jueves, 17 de abril de 2025

La plaza

Antes de estar en medio de la plaza me marcaron como si tuviese varios dueños, como mercancía que se manosea y se tira, como plástico sucio que se desecha. He salido de repente por la puerta como toro inocente que sale sin saber de la estocada

Sin saber de banderillas mientras otros aplauden y beben licor en sus botas

Murmuran de una fiereza que no tengo, como si fuese el villano

Dicen: es bravo, pero he sido manso, he respetado al que hizo negocio conmigo sin yo saberlo, no le maté a sus hijos, ni le miné su casa, no comí algo indebidamente o diferente de lo que se me asignaba, no desprestigié su nombre inventando chismes, no me asigné medallas.

Han procurado matarme y sigo aquí, ando en pie, aunque he perdido sangre, y las estocadas no les han dado rabos ni orejas, no han salido en hombros como los distinguidos toreros con sus trajes finos como modelos de fiesta absurda.

Han procurado matarme y desde dentro y fuera, oigo a Dios decirme: sigue adelante. Y yo con la mirada sobre la arena le pregunto: ¿por qué celebran cada vez que caigo, por qué les alienta mi muerte, por qué suponen que soy el ganadero si solo soy el más frágil de los animales? Y me dice: te vuelvo fuerte. Y le pregunto: ¿por qué permites lo que permites, por qué se gozan del espectáculo de manchar mi nombre, de ver que respiro lento, de que mis patas se doblen? Y Dios me dice: Levántate, es pura envidia. Y yo me agotó buscando juicios que no existen, buscando razones que no comprendo. Y luego hacen convocaciones a sus dioses, con sus extrañas camándulas, y vuelvo y gimo porque se nubla mi vista, viene un ocaso del inframundo. Y Dios me dice: Pide por ellos misericordia. 

Me debilito, no veo ganancia de todo esto, si al menos mis carnes fueran a gente pobre, a los menospreciados del mundo. Pero los que hacen el mal no necesitan mi carne, tienen sus vientres llenos. 

Han lastimado mi paz, me han lastimado, ¿quién cobrará y de qué manera? No he provocado sus amarguras, no he querido aventarme sobre ellos pudiendo hacerlo, aunque eche espuma. Ningún poder tengo sobre ninguno de sus cabellos, y si algo viera yo del futuro como espejismo, no tengo el poder para dar o quitar la vida ni reponerla.

Y me di contra las paredes de esta plaza, buscando la puerta, el camino estrecho por donde huir. Y a Dios le vuelvo a pedir: dame el reposo, perdona todo, ten misericordia, desmánchame, vuélveme a ti.

Y se renueva mi piel quemada donde me profanaron y me pregunto: ¿Saldrán impunes? Y digo a viva voz: pronúnciate a mi favor, no calles, Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Rabia

Hay días que aprieto los puños porque estoy con rabia rabia de que me pusieron contra la pared y no me fusilaron de una vez Hay días que est...