El comedor reluce sin platos servidos
El pan remojado en el vino
aviva la miel bajo la lengua
sopla Aquilón y Austro sobre mis frutas.
Tú como un niño
de mi pecho a mis costillas te recuestas
y yo me veo en un campo algodonero
como pluma de paloma suspendida.
Hallé un tesoro que refulge en tus pupilas
¡Que recreo!
Volveré a tumbar la puerta y
me ataré con mi pulsera a tu tobillo.
Caricatura: Leidy V. Varela L.
@marte desde afuera
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