miércoles, 1 de enero de 2025

Caminos del amor- J. Fausto González Martínez 2008



Me acerco al alba


Me acerco al alba entre acordes sin sonido,

pienso en un sueño, donde majestuosa caminabas,

pienso en tus valles desde hace siglos recostados,

pienso en la vía láctea de tu pelo enredado con el mío.

Deletreo el significado que se agita en el viento de tu nombre,

insisto con llamarte en mis noches sin texto definido,

te nombro interrogando la cicatriz reciente que transpira

busco inútilmente en las puertas cerradas de tus ojos,

desemboco en el sutil capricho de tu luna de mar.

Desisto aguardando los cerrojos desnudos del pecado.

Despierto, te has ido para siempre...



Azares distraídos


Azares distraídos de tu cintura claman

y al temblor de mis manos

tu vientre de manzana

muerde el pecado original de la noche,

un tropel de palabras amanece

relucientes de estrellas,

mi suspiro busca desesperado

abrigo entre tus noches,

amanece, y en las colinas

perezosos los latidos de mi corazón

se cobijan de tu cuerpo desnudo

En tus pechos he visto florecer

el deleite del sol de primavera,

brotan flores que se ocultan

debajo de tu piel adormecida,

soñando con la luz que engendra

el recuerdo de lo que pudo ser,

buscando la sombra del ciprés

de tu cintura

para cobijar mi hastió

y beber lágrimas del crepúsculo

que comprime mi angustia,

precipitada de nocturnos azules.

Sonrosada manzana,

los ecos infinitos de los sueños

hablan de la noche eterna,

aquella noche,

que no ha de regresar jamás.



Vengo del norte


Vengo del norte, donde las penas son,

y las colinas rondan en negro iridiscente,

vengo del caos, más allá del destino,

donde la soledad se moja de promesas,

de las palabras escritas en tus horas,

no pasa nada, sino silencio,

secreto paraíso de tus muslos,

abortado por orgasmos de sueños,

donde los sueños no son sueños,

sino efímero sonar de pulsaciones,

agónica

la noche me despierta con gritos,

frío mortal de estar sin día,

no sé a dónde voy,

no se si realmente soy o vengo.


Nuestro himno


Ayer, escogimos un himno, para acompañar nuestros besos. Puedes decir a las estrellas el nombre de nuestra canción, di también que tus ojos, son los ojos más dulces que jamás he visto, que son ojos dulces de miel y que los pájaros aletean en tus pestañas, Di que tus senos albergan las rosas más bellas de mayo, que en la dulzura de tu voz, la fragancia de un beso se humilla suavemente murmurando tu nombre. Explica de la miel que brota de tu verso de grana, que de tus labios emana los azahares olorosos de tu alma, rubor encendido como enojos. Di que eres ola, que eres mariposa, mi pequeña niña, la que hace latir mi corazón con el calor de tu beso. Di que eres mi sueño, mi locura, mi sino, mi esperanza, mi adoración, mi poesía de amor que escribí con letras que repiten:

¡Te amo!


Me cansé


Me cansé de amarte con exceso,

de llevar al extremo el dolor confundido,

aprendiendo de tu risa callada.

Mira mis manos vacías se quedaron,

lejos de ti, sin alas, envejecidas de llorar,

fingiendo lunas en tinieblas,

que me esperan,

en remota, prometida tierra,

donde la sed de ti se apaga con el viento

y amarte con mentiras me convierte en ciego,

limosna abandonada,

feliz en cada madrugada,

de sexo y mañanas vacías,

cansancio de amarte sin medida.

morir, viviendo en cada despedida,

en el acorde inútil del simple sufrimiento,

de morir cada segundo

por el poema de amor que jamás escribimos.



Algún Día


Algún día, amaneceré totalmente loco,

que me mandaré hacer un traje roto,

lleno de corazones del terciopelo azul

de amaneceres acuosos en penumbra.

Seré totalmente cuerdo

haré de la vida un tragaluz de cielo,

para devorar el enigma de la oruga,

amarilla de parásitos

que se anidan sin pensar versos.

Es cierto, los árboles florecen para morir

despiertos, con las alas gramaticales verdes.

Algún día seré poema para penetrar tu piel,

como la imagen penetra el espejo de tu luz.

Estaré entre tus piensos.


Manos vacías

 

En mis manos vacías, contemplo tu recuerdo,

avergonzadas manos incapaces de asirse a nada,

no me acostumbro a contemplar excusas soñadoras,

a ver cada mañana el lienzo amargo, descalzo, desdeñado.

Horas vacías que flotan en la esquina de fantasmales nieblas,

fugaces velos del lecho abandonado por pasos que desnudan,

suplicando caricias donde solo hay palabras, palabras confundidas.

Manos que tiemblan al contemplar tu sombra mentirosa, dormida en el espejo.

que fabriqué con versos, sueños, poemas saboteados por el viento,

disueltos en orfandad mendiga y caricia del susurro de tus letras.

He de vivir, callado, con las manos vacías.


Llegué tarde


Mi enajenada desazón

trasmutada en ira

por haberte encontrado abandonada,

en azulado paraje inerte,

como paloma herida

esperando el final

atroz de despedida,

con tus alas rotas

y tus ojos buscando al infinito.

Tardé, mucho, amor.

Fuiste presa de mortal encono,

inmolada de esperanzas y sueños.

Quiero desandar caminos,

encontrarte en el cielo inmaculada,

a punto de nacer entre mis brazos.

Quiero lavar tu herida

con mis besos,

inventar un mundo con tus sueños

y reencontrar nuestra vida

en esta vida.

Llegué tarde, amor,

no lo pude evitar.

Estoy aquí, a tu lado.


Te vi pasar


Te vi pasar a través de mi ventana

arrebujada en vestido de sol adormecido

tu caminar de paloma entre nubes

al movimiento rítmico de tus caderas

tu bello rostro, callado, de falaz sonrisa

¡Ay! nuestro amor truncado

¡Ay! mi pena muerta en la oquedad

que me dejaste

Se me hace largo el invierno y

el tiempo me sabe a lo que pudo ser

a sueño truncado

a hojas muertas orilladas

a tu sombra en la tierra

Sueños rotos a golpes de distancia

sueño alegre, efímero

convaleciente de heridas hondas.

Te vi pasar

y no te dije nada.


Estaré despierto


Estaré despierto en la mañana,

cuando tus alas rotas

declinen para emprender el duelo.

Te veré reclinada en mi almohada,

con el dulce dormir de tus pupilas

soñaremos despiertos con la noche

que albergó nuestros sueños en otoño.

Despertaré con el quejido de tus ansias,

para apagar la sed de tus entrañas.

Fundiremos tus besos con mis besos,

me quedaré dentro de ti por mucho tiempo

y aprenderé a llamarte por tu nombre... amor.

Te diré te amo al besar los perfiles de tu cuerpo,

al sentir el calor de tus pechos dormidos,

al escuchar mi nombre de tus labios de fresa.

Susurrando, me marcharé al alba del olvido.


Quería decirte


Quería decirte en cada madrugada

que el sol de primavera volverá en verano,

cuando muera en mis pupilas el azul de tu alma

Que nubes dibujaron el aire con suspiros,

y en el ocaso cobijé con tus labios los cerezos dormidos,

para que el viento no tocara el latir azul de tus ensueños.

Tus manos unidas con las mías hablaban despedidas,

cuando la noche dormía sobre el tejado de una estrella.


Deja que pase


Deja que pase, amor, que se hace tarde,

que nuestro amor está hecho de la nada,

deja que el polvo cubra el despertar triste

del mañana, que tu cuerpo cubra mis deseos,

deja que pase, amor. Por la mañana encontraré

mi soledad cubierta con tus besos,

deja, que pase, llena este vació con tus tristezas

abiertas a la piel morena que muere entre azucenas

de promesa.

Deja que pase, amor, que te suspiro y en abierto

grito susurro de tus penas la mortaja que indeleble

solloza tus agujas, terciopelo de mar en mis orillas.

Déjame solo, amor, que de la tempestad brota la calma.

Mece el silencio, amor, mece mis gritos, mece mi soledad,

mece tu paz y tu dulzura que se hace tarde, amor para esperarte.


Es tarde


Es tarde, y la esperanza se enfría tras la lluvia,

es tarde y el gélido grito de la luna de mayo,

se confunde en la lágrima de los sueños locos.

Aún sonrío, por la mañana azul de los silencios.

Disonante, limitado al norte, grito desgarrado

por la ausencia gélida, furiosa, aferrada

a los sueños de murmullos y gritos

que se escapan de las rendijas de tus manos.

El sol palpita en los cristales del perfume

que se viste de plumas de alborada.

Es tarde, y las sombras mueren

y tras las lágrimas echo los cerrojos.

El invierno se ensaña y me emborracho

con los viejos cuadernos que se mojan

en las calles que desatan tempestades.

Y el viento de tu canto, rompe las horas

detenidas en la esperanza de tus sueños,

en el gélido grito que siembra el luto

del dolor adormecido de tu aroma.



Despierto


Despierto amenazado de silencio

con la visible oscuridad a cuestas

y el hilvanado grito pegado a mis palabras

despierto dormido por tu olvido

despierto con la luz oscura en las pupilas

con el canto lastimero del viento

y el beso vulnerable, ciego

tormenta de ser y no ser

despierto preguntando si estoy vivo

porque muerto de ti me considero

porque tu voz no llega a mis oídos

y mi alma no curas con tus besos

ni tus manos guardan mis sollozos

existo en la Riba de tus letras

sin tu voz y tu risa soy ocaso

despierto dormido en tus pupilas

sin soñarte.


Vulnerable


Vulnerable en la imagen que se refleja en los ojos cerrados

me he visto en esos ojos de ternura y de fuego, desmaquillados.

Los he visto colarse por las rendijas de tu vientre y mi hastió

entre mis manos tus pechos, palomas de pico sonrosado

palomas de luna desnuda, de dulce rosa deshojada

Al compás de tus dulces gemidos penetro tu misterio,

el misterio frágil de tu piel desnuda, inmaculada flor

entre mis dedos, acarician contorno y espasmos de locura

tu dulzura suplica por mi fuego, beso la humedad de tu nieve

saboreo la sal del sudor transpirado en la dulce agonía,

huelo tu orgasmo que acompasa la húmeda ave entre tus muslos.

En el más grande éxtasis te grito que te amo, derramando sin freno

la miel de mis entrañas, para hacer de tu vientre el nido de mi alma.


Ola


Ola de redundante perfección,

de cadencia misteriosa al compás de un tango dolorido.

Navegas fuerte y frágil irrumpiendo misteriosa y grácil,

Beso eterno de espuma ingrávida,

bailando la danza del amor,

adormecida por la luna,

acariciada con el beso de una estrella.

Misteriosamente bella

de caderas onduladas de sirena.

Infatigable, inundas, la cavidad exacta de mi

amor.

Acaricias mi alma con tu risa,

transmutándola, suave, de cristal.

Con el murmullo de tu voz,

arrullas la ilusión de un sueño,

el sueño de vivir mojado,

por tus besos de mar.


Allá eres mía


Fuerza y dulzura, qué más da,

si te ufanas de tus negros ojos

de la dulzura de tu pie descalzo,

del cándido beso crucificado,

mártir del amor lejano.

Sinceramente lejos,

serenamente atados a los gritos

del terrible martirio que asemeja

la espesura de tus labios rojos.

Ojos negros de celestial mirada,

átame a los gritos del silencio,

crucificarme al espacio de tus valles,

al insomnio de tus noches sin besos.

Allá eres mía, aquí, no soy nada.

Sinceramente tuyo.


Divagando


Divagando, entre hojas de otoño,

suspiros que se rinden en tus ojos,

en el rumor de tus pechos encendidos

como una estrella tiritando sueños,

 así deambulo en el tejado de tus besos

sin saber el rumbo de tus pétalos,

ni de lluvias estivales derramadas

sobre el húmedo aroma de tu espalda.

 

Me escondo en la noche clandestina,

en la calle, que guarda tus secretos

y tus besos cerrados con candado.

 

Divago en la vigilia de tu sueño,

entre alacenas y versos oxidados.


Soñé


Soñé, versos de luz esclarecidos,

la diferencia de amarte ahora y siempre.

el capullo de tus pezones,

tu monte de luna,

tus besos de flor.

un orgasmo sin fin.

Soñé, delicadamente tus pechos

tu sexo abandono de rojo carmesí,

atardeceres claros,

olores descifrables,

de tu eterno candor.

Demonios y diosas.

Y te encontré,

fría de amanecer,

débil como mar,

tenue como rayo,

fuerte como pétalo,

amorosa como la tibia primavera,

sopor del viento de verano.

Llueve el mordaz

frío de tu adiós.


Decir te amo


Decir te amo, es más que palabras,

decir te amo, es luchar por ti,

estar a tu lado cuando me necesitas,

velar tu sueño, cuando estás enferma,

apoyarte, cuando tengas miedo,

aprender a bebernos la palabra amor,

pensar en ti, cuando me piensas,

es alegría, euforia y éxtasis,

vivir el sueño de esperar,

añorar tu risa y tus palabras,

inundarme de tu mar y de tus ríos,

descubrir tu rayo de luz en cada amanecer.

Decir te amo, es perdonar,

entender tu divina humanidad,

tu luz, tu gracia y tu bondad,

es decir: Dios y poesía,

es decir: buenas noches

y hasta mañana, con la esperanza

de volverte a ver,

es darte un beso,

es una caricia,

un millón de cosas,

te amo.


Desesperado


Si te tardas un segundo más

no respondo por mis cenizas

solo encontrarás una flor

marchita de tristeza,

una lágrima, solo una,

ya no puedo llorar.

El río consumido, el mar seco,

desierto, desolado, agua evaporada,

soledad gritando ¡te quiero!

lamento acongojado

grito ahogado

en reprimidas lágrimas.

Solo encontraras

un mensaje,

nadie te quiso como yo.


Eclipse de luna


Recurrente guiño misterioso

beso eterno de amor

paradoja de amor, dos es unidad

trinidad del arcano tu belleza

fusión preñando vida en tu secreto

omnipresencia divina del amor

beso de luna, beso de color

danza sin fin de amor y de vida

luna seductora que enamora

cautivas vanidosa a los poetas

deslizas las olas de mi amor

a la silueta breve de tu beso

noche plateada pegada a tu piel

al contorno perfecto de tu forma

a la hierba adormecida de tu pelo

al árbol arrogante del deseo

al eclipse de luna

a tu beso de sol.



Tu poema


En el buzón atormentado

por tu ausencia,

solo encontré un poema,

me dices que me amas.

Que me des un poema

es extasiarme en ti

llenarme con tu melodía

y seguir escuchándola

hasta el amanecer

es unirme a ti

en la unión mística

del verso, de la estrella,

de la frase de amor,

Solo encontré un poema,

es poco, porque te necesito.

Necesito el suave beso,

cuando me despiertas,

el dulce perfume que exhalas

cuando hacemos el amor

el calor de tus enfados

cuando cometo una falta,

el perfecto contorno

de tus labios rojos,

tu sonrisa de niña,

que me cuentes tus alegrías,

tristezas y miedos.

Te necesito, aquí, a mi lado.

Un poema es mucho y es poco,

un poema es

tu complemento perfecto

cuando estoy contigo.



Noches sin ti


Me quedé sin ti

al margen de tus ojos

ausente del verso

de tus besos,

con las manos heridas

y la lanza atravesando

mi costado hueco

vacío del sonido de tus letras,

pleno de tu mortal silencio,

arrodillado en la oración estéril

de no saber de ti

abatido por la silueta

ineludible de tu adiós

en la agonía enmudecida

por displicente amor,

en el calor escarchado de olvido.

Y mis manos que tiemblan

y mis ojos henchidos

por el humo de lluvia

por las promesas rotas,

por el dolor amor,

el dolor de no verte.



Vale la pena amarnos


Aunque nuestro amor

no desembarque en ningún puerto

de todas maneras, es hermoso

navegar contigo

abrir los ojos en las mañanas

tener la ilusión de verte, oírte o leerte

escuchar canto de mariposas

oír de tus labios mi nombre y te amo

con esa voz que me transporta

me hace nube, lluvia y mar.

Besar tus labios cálidos,

húmedos de pasión

sentir tus pechos, junto a mi pecho.

Los latidos de tu corazón

al mismo compás de la misma canción.

Bésame, bésame despacio,

quiero alargar eternamente el tiempo,

acaricia todo mi cuerpo, sin prisa,

que cada caricia nuestra se haga eterna,

no quiero despertar de este sueño.

Vale la pena amarnos

aunque nunca, avistemos, ningún puerto.


Noches sin ti II


Aturdido de luna

la noche se me escapa

por la rendija de mi puerta

el ocaso apagado en sus veredas

amanece gastado tu retrato

convaleciente de recuerdos

largas noches sin estrellas

en pensamientos de vértigo,

la noche grita tu silencio,

colores del campo desteñidos

noches sin tu nombre

deletreado

mudanza malograda.



Sin prisa


Sin prisa, toco tu cuerpo

el tiempo se pega en el sudor

de mis manos, que buscan,

que encuentran la seda de tu piel

tu monte de Venus de volcán,

de fuego, de mojados rizos,

de espesa selva virgen

de terciopelo rojo

de fuego, quemando mi piel

de fuego que grita, que calla,

fuego sin tiempo, sin espacio

fuego de tu alma, abrasador.

Cuerpos desnudos

bañados de sol

de tu piel y mi piel

tu sexo y mi sexo

tu alma y la mía

comunión profana

hostia bendita

amor.



En el fondo de mi copa


En el fondo de mi copa

yacen recuerdos, melancolía,

adagio busco labrando poesía,

aletea desnudo el beso de tu boca

diluida pena, beberla apuro hasta el olvido

Caro tormento que mezcla uvas y fermento

inocente palidez de luna

rojos labios de uva perfumada.

En el fondo de mi copa yace un sueño,

sueño de fiesta, de vendimia,

siega de amor, vides de tu vientre,

frutos de amor, unidos para siempre.


Noches sin ti IV


Se me olvidó, el perfecto

contorno de tu rostro,

mi recuerdo

se lo llevó la lluvia

cuajada de tristeza.

aletea la noche

su mortal herida,

en lentas campanadas

anuncian la tormenta

que borrarán tu nombre

para siempre,

Lo repito en silencio

para que mi herida no lo escuche.



Tu beso


Tu beso es el principio de mis sueños

florecer tu pecho en la alborada

arbolar tu bosque de mi ensueño

presagio de mar y ola acariciada

habitar el aroma de tus sueños

penetrar tu carne con mi verso

descender al cielo de tu estrofa

estrofa del soneto de tus labios

es impregnarse en la ola de tu oda

pecado y redención de mis deslices

tu beso es conjunción de cielos y de rosa

es pétalo y espina conjugados

tu beso es sombra en mi desierto

oasis de mar en mi vigilia árida

tu beso es todo mi existir


¿Por qué te amo?


Por el azul celeste de tus besos

y la tímida caricia de tus manos

por el latido desnudo de tu alma

y la flor ceñida a tu figura

por la tersura afrutado de tu piel

y el contorno exquisito de tus labios

porque te ajustas perfecta a mis espacios

al plenilunio que soñé en verano

a la arena que acaricia tu ola

y al olor dulce de tus pechos

Amo la paloma de tus manos

y el jazmín que emana de tu alma

amo tu analogía con mis ensueños

el sustantivo de tu nombre

el predicado de tu cuerpo

y la oración de amor de tus palabras.





Agonía de amor


Nuestro amor es agonía

del trémulo latido del ocaso

fulgor de estrella

que se apaga

en el confín del universo

hálito fugaz de lejano lucero

gemido vacilante incinerado

por besos de cenizas, olvidado

deleble amor, como la espuma

como trazo en el hielo del olvido

opresión exaltada

en el canto del verso atribulado

naufragio que encalla en un lamento

alma anegada de tinieblas

furtivo amor, de besos, olvidado.





Te regalo


Te regalo mis sueños y mi hastío,

la mejor prenda que tengo

mi corazón enamorado de tu esencia.

el contenido de mis besos

presos de nuestro amor prohibido.

el sueño humedecido,

la reminiscencia de mi copa de vino.

un espacio de mi ávido pecho,

mi historia con su significado auténtico,

y mi indefensa voluntad cuando te veo.

Te regalo mi vida, que tan poco vale sin ti,

el instante en que te conocí,

mi pasión cuando escucho de tus labios

mi nombre, oración de amor, 

  que profanó mi sueño prohibido.





Me desnudo


Me desnudo en silencio

avanzo entre la bruma

me adentro con tu fuego

abrasándome suave 

un gemido delata tu silencio

el silencio me hechiza

espero rendido tu regreso

insaciable mi cuerpo

deposita caricias

me embriagan la ternura

que de tu cuerpo exhala

mis labios se humedecen

en gemidos con ansias

desprendiendo el pudor

me obsesionan tus pechos

como gotas de miel

espiga de tu cuerpo

sin huellas desgranado.



Anoche cuando dormía


Anoche cuando dormía

se fue meciendo el silencio

en una noche de mayo

con soneto de horas tristes

con luna azul de tus besos

un relámpago abismado

un réquiem para tus pasos

que me ha dejado sin lazos

Anoche cuando dormía

soñé palabras de infierno

y es un infierno olvidarte

ocurre como otra noche

nieve, piel, milagro y vida

redondillas de hojalata 

Anoche cuando dormía

una guitarra cantaba

y en mi corazón se daba

canto, amor y poesía

libido  limbo tu cuerpo

tu voz es canto de amor

orla, pecado y candor

en mi corazón se ha dado

tu voz, tu vida, tu encanto.




Infiel


Bebí el olor de la desesperación

cuando simulé no ver que besabas otros labios.

Tus labios virginales que solo en sueños

acaricié con fantasías de ensueños.

Tus labios besados mil veces

virtualmente en mi mente,

se olvidaron de repetir mi nombre.

He aquí ahora simulo no ver,

aunque me ahogue el llanto.

Se que no tuve el valor

para decir te amo.

Simulé en silencio

indiferencia, mientras un grito

en mi pecho repetía... te amo.




Te ofrezco


 Te ofrezco, la mitad de mis versos,

una luna en tinieblas, para que tu ilumines

mis noches sin estrellas.

la mitad de mi mundo,

eternamente tuyo, la mitad de mis sueños.

Te ofrezco mi llanto, que huele a tierra seca,

y al perfume intenso de tu ausencia,

huele a tus ríos, a tus pechos ebrios de caricias,

a montañas de aliento en las tardes sin sol,

la estrella de tus ojos, con tu nombre,

azul dorado, bendito amanecer en tus pestañas.

Mi ofrenda es por las tardes, ya que de noche,

me entrego al sutil recuerdo de tus besos.


 Tu beso II


El beso dulce que al partir me diste

¡OH!, beso prodigado en tu mirada

decorado con la caricia idolatrada,

con la simpleza del beso de tu beso,

el beso dulce, de mujer enamorada.

Y la partida, de parpados besados,

frío deceso que jamás se olvida,

como el primer beso, paz alegre,

sublime inercia, tiritando arpegios.

Dos sílabas agitadas en tu boca,

descubrir las letras de tu vientre,

tejiendo la sortija de tus besos,

quimera que amanece con tu beso

cómplice, callado en tu mirada,

tormenta lejana de fusión volátil.



Aturdido de luna


Aturdido de luna

la noche se me escapa

por la rendija de mi puerta

con el ocaso apagado en sus veredas

amanece gastado tu retrato

convaleciente de recuerdos 

de largas noches sin estrellas

el viento girando

en pensamientos de vértigo

la noche sorda, gritando silencios

los colores del campo desteñidos

noches sin tu nombre

deletreado con lentitud

de mudanza malograda

sentencia dictada, condena olvidarte

no quiero beber del cáliz del olvido

¡Oh, Dios! aparta de mi ese cáliz

de amargo contenido.




Tu poema


En el buzón atormentado

por tu ausencia,

solo encontré un poema,

me dices que me amas.

Que me des un poema

es extasiarme en ti

es llenarme con tu melodía

y seguir escuchándola

hasta el amanecer

es unirme a ti

en la unión mística

del verso, de la estrella,

de la frase de amor en

el atardecer.

Solo encontré un poema,

es poco, porque te necesito.

Necesito el suave beso,

cuando me despiertas,

el dulce perfume que exhalas

cuando hacemos el amor

el calor de tus enfados

cuando cometo una falta,

el perfecto contorno

de tus labios rojos,

tu sonrisa de niña,

que me cuentes tus alegrías,

tristezas y miedos.

Te necesito, aquí, a mi lado.

Un poema es mucho y es poco,

un poema es

el complemento perfecto

cuando estoy contigo.





Atrapado


Una luz clara y tibia

recorre mi piel cuando te pienso

me atrapan tus ojos y tu boca

se desborda tu pelo como río

tu risa canta primavera

y tu sexo es calido verano

tu aliento aviva incandescente

el deseo de estar en ti eternamente

permanecer en ti abrasado

en trepidante hoguera al viento

y quedarme así atrapado

en la húmeda brasa de tu esencia.




Acaríciame

 

Depósito en tu vientre mis palabras

alba semilla fecundando poemas.

sin aliento esculpo la silueta de tu sexo

amamantándome de tus pechos de nieve,

bebo en tus ríos, ¡Oh fuente de deseo!

Rompe mi aliento tu pezón encendido,

el rocío de tu sexo moja tu bosque

y estalla mi silencio

cosquillas que se encienden del deseo

de poseerte, galopando en tu cuerpo

sin bridas, sin estribos

amasando tu pan muy dentro de tu horno

descubro en tu piel el pudor

de tu aureola que se enciende

entre mis labios para decir te amo.





Bálsamo


Es sentir el contorno perfecto de tu rostro,

deslizarse al infinito profundo de tus ojos

navegar por la cálida vereda de tus labios

y concebir el aliento perfecto de tu esencia

Pensar en la caricia inmortal de tu mirada

y llegar al puerto delicioso de tu cuerpo,

permanecer abrasado de tu cálido éxtasis.

Es pensar abrigarme entre tus brazos

y concebir el tierno calor de tus caricias.

Eres sosiego del mar de mis tormentos,

sortilegio en la magia de tus pechos.

Eres paz en mis tempestades sedientas

del néctar dulcísimo que tu piel exhala.




Me queda


Me queda una noche por vivir

me queda tu nombre gritando,

el beso atrapado en la alcoba

los sueños fríos, lamentos sin fin.

Me quedan tus besos, tu huella,

la noche y una estrella tiritando.

Me queda por vivir escapar

a los recuerdos de tu nombre

y la dicha eterna enardecida

de tu sexo virginal entregado

en esa noche sin principio ni fin.

Me quedan la noche eterna,

mis lloros contrapuestos a jugar.

Me queda esta noche y no eres mía,

me queda tu sonrisa,

mi pena enloquecida

de esperar.




Amor que pasa


Amor que pasa,

hay bocas saladas

por las tempestades,

tan distante el mar,

con olas nocturnas

que se emborrachaban

de amor prohibido

de hambre de luna,

mirando hacia el río,

temblando de frío

tan lleno de luna

rodando en el lecho

desnuda y preñada,

arrastrando flores,

hasta naufragar.

Con la luna llena,

muy cerca del mar.


Calles vacías


En las calles vacías, nada pasa,

ella se fue de viaje, solo veo

por la ventana un vacío, sin sentido.

Vuelvo a buscarla. Déjame intentar

rescatar nuestro amor, y si te vas,

no me digas nada, se que no es el fin.

No me digas nada, ya dijimos todo.

Enséñame a saber lo que es estar sin ti,

pues sin ti, nada existe, nada soy, solo

medio humano a punto de enloquecer.

En esta mañana gris, en que solo pienso en ti,

háblame, que sin ti, no soy nada,

enajenado estoy. Quédate por favor,

mírame enloquecido y llena de besos mi soledad





Reclamo la savia de tu cuerpo


Reclamo la savia de tu cuerpo

Conozco tu lengua de muchacha

He probado la leche en tus pezones

y el jugo de tu fruta de manzana

dulces, ebrios de ternura

Te sentí palpitar la noche entera

disolviendo el azúcar de mis sueños

y el olor de azucenas que se abría

en las luz separada de tus nardos

He probado el olor a espigas en mis ojos

y el perfecto milagro de tus carnes

con tus pequeños riachuelos y tus valles

que se rompen en sílabas de besos.



En una ciudad de nadie


La encontré así en una ciudad de nadie

con olor a almizcle, sin madre, sin gritos, sin nombre

no podía llorar y dejó que mis besos la abrigaran

La tarde cae, desde el pezón, como cada verano

Hablas de libertad y hurgas en mi ombligo

por eso he escondido tu esencia en el silencio

y me he quedado aquí, pálido, inerte, viviendo

en los callejones de esa ciudad sin nombre

así me gusta hasta que el sol se traga las palabras


Fausto González Martínez

Tijuana, México

2008



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Tribulación II

Julio 15, 16 2025 El núcleo de detiene y gira a la inversa enredando los hilos en el corazón  La mujer del cuadro se desdibuja ella hizo con...