Me acerco al alba
Me acerco al alba entre acordes sin sonido,
pienso en un sueño, donde majestuosa caminabas,
pienso en tus valles desde hace siglos recostados,
pienso en la vía láctea de tu pelo enredado con el mío.
Deletreo el significado que se agita en el viento de tu nombre,
insisto con llamarte en mis noches sin texto definido,
te nombro interrogando la cicatriz reciente que transpira
busco inútilmente en las puertas cerradas de tus ojos,
desemboco en el sutil capricho de tu luna de mar.
Desisto aguardando los cerrojos desnudos del pecado.
Despierto, te has ido para siempre...
Azares distraídos
Azares distraídos de tu cintura claman
y al temblor de mis manos
tu vientre de manzana
muerde el pecado original de la noche,
un tropel de palabras amanece
relucientes de estrellas,
mi suspiro busca desesperado
abrigo entre tus noches,
amanece, y en las colinas
perezosos los latidos de mi corazón
se cobijan de tu cuerpo desnudo
En tus pechos he visto florecer
el deleite del sol de primavera,
brotan flores que se ocultan
debajo de tu piel adormecida,
soñando con la luz que engendra
el recuerdo de lo que pudo ser,
buscando la sombra del ciprés
de tu cintura
para cobijar mi hastió
y beber lágrimas del crepúsculo
que comprime mi angustia,
precipitada de nocturnos azules.
Sonrosada manzana,
los ecos infinitos de los sueños
hablan de la noche eterna,
aquella noche,
que no ha de regresar jamás.
Vengo del norte
Vengo del norte, donde las penas son,
y las colinas rondan en negro iridiscente,
vengo del caos, más allá del destino,
donde la soledad se moja de promesas,
de las palabras escritas en tus horas,
no pasa nada, sino silencio,
secreto paraíso de tus muslos,
abortado por orgasmos de sueños,
donde los sueños no son sueños,
sino efímero sonar de pulsaciones,
agónica
la noche me despierta con gritos,
frío mortal de estar sin día,
no sé a dónde voy,
no se si realmente soy o vengo.
Nuestro himno
Ayer, escogimos un himno, para acompañar nuestros besos. Puedes decir a las estrellas el nombre de nuestra canción, di también que tus ojos, son los ojos más dulces que jamás he visto, que son ojos dulces de miel y que los pájaros aletean en tus pestañas, Di que tus senos albergan las rosas más bellas de mayo, que en la dulzura de tu voz, la fragancia de un beso se humilla suavemente murmurando tu nombre. Explica de la miel que brota de tu verso de grana, que de tus labios emana los azahares olorosos de tu alma, rubor encendido como enojos. Di que eres ola, que eres mariposa, mi pequeña niña, la que hace latir mi corazón con el calor de tu beso. Di que eres mi sueño, mi locura, mi sino, mi esperanza, mi adoración, mi poesía de amor que escribí con letras que repiten:
¡Te amo!
Me cansé
Me cansé de amarte con exceso,
de llevar al extremo el dolor confundido,
aprendiendo de tu risa callada.
Mira mis manos vacías se quedaron,
lejos de ti, sin alas, envejecidas de llorar,
fingiendo lunas en tinieblas,
que me esperan,
en remota, prometida tierra,
donde la sed de ti se apaga con el viento
y amarte con mentiras me convierte en ciego,
limosna abandonada,
feliz en cada madrugada,
de sexo y mañanas vacías,
cansancio de amarte sin medida.
morir, viviendo en cada despedida,
en el acorde inútil del simple sufrimiento,
de morir cada segundo
por el poema de amor que jamás escribimos.
Algún Día
Algún día, amaneceré totalmente loco,
que me mandaré hacer un traje roto,
lleno de corazones del terciopelo azul
de amaneceres acuosos en penumbra.
Seré totalmente cuerdo
haré de la vida un tragaluz de cielo,
para devorar el enigma de la oruga,
amarilla de parásitos
que se anidan sin pensar versos.
Es cierto, los árboles florecen para morir
despiertos, con las alas gramaticales verdes.
Algún día seré poema para penetrar tu piel,
como la imagen penetra el espejo de tu luz.
Estaré entre tus piensos.
Manos vacías
En mis manos vacías, contemplo tu recuerdo,
avergonzadas manos incapaces de asirse a nada,
no me acostumbro a contemplar excusas soñadoras,
a ver cada mañana el lienzo amargo, descalzo, desdeñado.
Horas vacías que flotan en la esquina de fantasmales nieblas,
fugaces velos del lecho abandonado por pasos que desnudan,
suplicando caricias donde solo hay palabras, palabras confundidas.
Manos que tiemblan al contemplar tu sombra mentirosa, dormida en el espejo.
que fabriqué con versos, sueños, poemas saboteados por el viento,
disueltos en orfandad mendiga y caricia del susurro de tus letras.
He de vivir, callado, con las manos vacías.
Llegué tarde
Mi enajenada desazón
trasmutada en ira
por haberte encontrado abandonada,
en azulado paraje inerte,
como paloma herida
esperando el final
atroz de despedida,
con tus alas rotas
y tus ojos buscando al infinito.
Tardé, mucho, amor.
Fuiste presa de mortal encono,
inmolada de esperanzas y sueños.
Quiero desandar caminos,
encontrarte en el cielo inmaculada,
a punto de nacer entre mis brazos.
Quiero lavar tu herida
con mis besos,
inventar un mundo con tus sueños
y reencontrar nuestra vida
en esta vida.
Llegué tarde, amor,
no lo pude evitar.
Estoy aquí, a tu lado.
Te vi pasar
Te vi pasar a través de mi ventana
arrebujada en vestido de sol adormecido
tu caminar de paloma entre nubes
al movimiento rítmico de tus caderas
tu bello rostro, callado, de falaz sonrisa
¡Ay! nuestro amor truncado
¡Ay! mi pena muerta en la oquedad
que me dejaste
Se me hace largo el invierno y
el tiempo me sabe a lo que pudo ser
a sueño truncado
a hojas muertas orilladas
a tu sombra en la tierra
Sueños rotos a golpes de distancia
sueño alegre, efímero
convaleciente de heridas hondas.
Te vi pasar
y no te dije nada.
Estaré despierto
Estaré despierto en la mañana,
cuando tus alas rotas
declinen para emprender el duelo.
Te veré reclinada en mi almohada,
con el dulce dormir de tus pupilas
soñaremos despiertos con la noche
que albergó nuestros sueños en otoño.
Despertaré con el quejido de tus ansias,
para apagar la sed de tus entrañas.
Fundiremos tus besos con mis besos,
me quedaré dentro de ti por mucho tiempo
y aprenderé a llamarte por tu nombre... amor.
Te diré te amo al besar los perfiles de tu cuerpo,
al sentir el calor de tus pechos dormidos,
al escuchar mi nombre de tus labios de fresa.
Susurrando, me marcharé al alba del olvido.
Quería decirte
Quería decirte en cada madrugada
que el sol de primavera volverá en verano,
cuando muera en mis pupilas el azul de tu alma
Que nubes dibujaron el aire con suspiros,
y en el ocaso cobijé con tus labios los cerezos dormidos,
para que el viento no tocara el latir azul de tus ensueños.
Tus manos unidas con las mías hablaban despedidas,
cuando la noche dormía sobre el tejado de una estrella.
Deja que pase
Deja que pase, amor, que se hace tarde,
que nuestro amor está hecho de la nada,
deja que el polvo cubra el despertar triste
del mañana, que tu cuerpo cubra mis deseos,
deja que pase, amor. Por la mañana encontraré
mi soledad cubierta con tus besos,
deja, que pase, llena este vació con tus tristezas
abiertas a la piel morena que muere entre azucenas
de promesa.
Deja que pase, amor, que te suspiro y en abierto
grito susurro de tus penas la mortaja que indeleble
solloza tus agujas, terciopelo de mar en mis orillas.
Déjame solo, amor, que de la tempestad brota la calma.
Mece el silencio, amor, mece mis gritos, mece mi soledad,
mece tu paz y tu dulzura que se hace tarde, amor para esperarte.
Es tarde
Es tarde, y la esperanza se enfría tras la lluvia,
es tarde y el gélido grito de la luna de mayo,
se confunde en la lágrima de los sueños locos.
Aún sonrío, por la mañana azul de los silencios.
Disonante, limitado al norte, grito desgarrado
por la ausencia gélida, furiosa, aferrada
a los sueños de murmullos y gritos
que se escapan de las rendijas de tus manos.
El sol palpita en los cristales del perfume
que se viste de plumas de alborada.
Es tarde, y las sombras mueren
y tras las lágrimas echo los cerrojos.
El invierno se ensaña y me emborracho
con los viejos cuadernos que se mojan
en las calles que desatan tempestades.
Y el viento de tu canto, rompe las horas
detenidas en la esperanza de tus sueños,
en el gélido grito que siembra el luto
del dolor adormecido de tu aroma.
Despierto
Despierto amenazado de silencio
con la visible oscuridad a cuestas
y el hilvanado grito pegado a mis palabras
despierto dormido por tu olvido
despierto con la luz oscura en las pupilas
con el canto lastimero del viento
y el beso vulnerable, ciego
tormenta de ser y no ser
despierto preguntando si estoy vivo
porque muerto de ti me considero
porque tu voz no llega a mis oídos
y mi alma no curas con tus besos
ni tus manos guardan mis sollozos
existo en la Riba de tus letras
sin tu voz y tu risa soy ocaso
despierto dormido en tus pupilas
sin soñarte.
Vulnerable
Vulnerable en la imagen que se refleja en los ojos cerrados
me he visto en esos ojos de ternura y de fuego, desmaquillados.
Los he visto colarse por las rendijas de tu vientre y mi hastió
entre mis manos tus pechos, palomas de pico sonrosado
palomas de luna desnuda, de dulce rosa deshojada
Al compás de tus dulces gemidos penetro tu misterio,
el misterio frágil de tu piel desnuda, inmaculada flor
entre mis dedos, acarician contorno y espasmos de locura
tu dulzura suplica por mi fuego, beso la humedad de tu nieve
saboreo la sal del sudor transpirado en la dulce agonía,
huelo tu orgasmo que acompasa la húmeda ave entre tus muslos.
En el más grande éxtasis te grito que te amo, derramando sin freno
la miel de mis entrañas, para hacer de tu vientre el nido de mi alma.
Ola
Ola de redundante perfección,
de cadencia misteriosa al compás de un tango dolorido.
Navegas fuerte y frágil irrumpiendo misteriosa y grácil,
Beso eterno de espuma ingrávida,
bailando la danza del amor,
adormecida por la luna,
acariciada con el beso de una estrella.
Misteriosamente bella
de caderas onduladas de sirena.
Infatigable, inundas, la cavidad exacta de mi
amor.
Acaricias mi alma con tu risa,
transmutándola, suave, de cristal.
Con el murmullo de tu voz,
arrullas la ilusión de un sueño,
el sueño de vivir mojado,
por tus besos de mar.
Allá eres mía
Fuerza y dulzura, qué más da,
si te ufanas de tus negros ojos
de la dulzura de tu pie descalzo,
del cándido beso crucificado,
mártir del amor lejano.
Sinceramente lejos,
serenamente atados a los gritos
del terrible martirio que asemeja
la espesura de tus labios rojos.
Ojos negros de celestial mirada,
átame a los gritos del silencio,
crucificarme al espacio de tus valles,
al insomnio de tus noches sin besos.
Allá eres mía, aquí, no soy nada.
Sinceramente tuyo.
Divagando
Divagando, entre hojas de otoño,
suspiros que se rinden en tus ojos,
en el rumor de tus pechos encendidos
como una estrella tiritando sueños,
así deambulo en el tejado de tus besos
sin saber el rumbo de tus pétalos,
ni de lluvias estivales derramadas
sobre el húmedo aroma de tu espalda.
Me escondo en la noche clandestina,
en la calle, que guarda tus secretos
y tus besos cerrados con candado.
Divago en la vigilia de tu sueño,
entre alacenas y versos oxidados.
Soñé
Soñé, versos de luz esclarecidos,
la diferencia de amarte ahora y siempre.
el capullo de tus pezones,
tu monte de luna,
tus besos de flor.
un orgasmo sin fin.
Soñé, delicadamente tus pechos
tu sexo abandono de rojo carmesí,
atardeceres claros,
olores descifrables,
de tu eterno candor.
Demonios y diosas.
Y te encontré,
fría de amanecer,
débil como mar,
tenue como rayo,
fuerte como pétalo,
amorosa como la tibia primavera,
sopor del viento de verano.
Llueve el mordaz
frío de tu adiós.
Decir te amo
Decir te amo, es más que palabras,
decir te amo, es luchar por ti,
estar a tu lado cuando me necesitas,
velar tu sueño, cuando estás enferma,
apoyarte, cuando tengas miedo,
aprender a bebernos la palabra amor,
pensar en ti, cuando me piensas,
es alegría, euforia y éxtasis,
vivir el sueño de esperar,
añorar tu risa y tus palabras,
inundarme de tu mar y de tus ríos,
descubrir tu rayo de luz en cada amanecer.
Decir te amo, es perdonar,
entender tu divina humanidad,
tu luz, tu gracia y tu bondad,
es decir: Dios y poesía,
es decir: buenas noches
y hasta mañana, con la esperanza
de volverte a ver,
es darte un beso,
es una caricia,
un millón de cosas,
te amo.
Desesperado
Si te tardas un segundo más
no respondo por mis cenizas
solo encontrarás una flor
marchita de tristeza,
una lágrima, solo una,
ya no puedo llorar.
El río consumido, el mar seco,
desierto, desolado, agua evaporada,
soledad gritando ¡te quiero!
lamento acongojado
grito ahogado
en reprimidas lágrimas.
Solo encontraras
un mensaje,
nadie te quiso como yo.
Eclipse de luna
Recurrente guiño misterioso
beso eterno de amor
paradoja de amor, dos es unidad
trinidad del arcano tu belleza
fusión preñando vida en tu secreto
omnipresencia divina del amor
beso de luna, beso de color
danza sin fin de amor y de vida
luna seductora que enamora
cautivas vanidosa a los poetas
deslizas las olas de mi amor
a la silueta breve de tu beso
noche plateada pegada a tu piel
al contorno perfecto de tu forma
a la hierba adormecida de tu pelo
al árbol arrogante del deseo
al eclipse de luna
a tu beso de sol.
Tu poema
En el buzón atormentado
por tu ausencia,
solo encontré un poema,
me dices que me amas.
Que me des un poema
es extasiarme en ti
llenarme con tu melodía
y seguir escuchándola
hasta el amanecer
es unirme a ti
en la unión mística
del verso, de la estrella,
de la frase de amor,
Solo encontré un poema,
es poco, porque te necesito.
Necesito el suave beso,
cuando me despiertas,
el dulce perfume que exhalas
cuando hacemos el amor
el calor de tus enfados
cuando cometo una falta,
el perfecto contorno
de tus labios rojos,
tu sonrisa de niña,
que me cuentes tus alegrías,
tristezas y miedos.
Te necesito, aquí, a mi lado.
Un poema es mucho y es poco,
un poema es
tu complemento perfecto
cuando estoy contigo.
Noches sin ti
Me quedé sin ti
al margen de tus ojos
ausente del verso
de tus besos,
con las manos heridas
y la lanza atravesando
mi costado hueco
vacío del sonido de tus letras,
pleno de tu mortal silencio,
arrodillado en la oración estéril
de no saber de ti
abatido por la silueta
ineludible de tu adiós
en la agonía enmudecida
por displicente amor,
en el calor escarchado de olvido.
Y mis manos que tiemblan
y mis ojos henchidos
por el humo de lluvia
por las promesas rotas,
por el dolor amor,
el dolor de no verte.
Vale la pena amarnos
Aunque nuestro amor
no desembarque en ningún puerto
de todas maneras, es hermoso
navegar contigo
abrir los ojos en las mañanas
tener la ilusión de verte, oírte o leerte
escuchar canto de mariposas
oír de tus labios mi nombre y te amo
con esa voz que me transporta
me hace nube, lluvia y mar.
Besar tus labios cálidos,
húmedos de pasión
sentir tus pechos, junto a mi pecho.
Los latidos de tu corazón
al mismo compás de la misma canción.
Bésame, bésame despacio,
quiero alargar eternamente el tiempo,
acaricia todo mi cuerpo, sin prisa,
que cada caricia nuestra se haga eterna,
no quiero despertar de este sueño.
Vale la pena amarnos
aunque nunca, avistemos, ningún puerto.
Noches sin ti II
Aturdido de luna
la noche se me escapa
por la rendija de mi puerta
el ocaso apagado en sus veredas
amanece gastado tu retrato
convaleciente de recuerdos
largas noches sin estrellas
en pensamientos de vértigo,
la noche grita tu silencio,
colores del campo desteñidos
noches sin tu nombre
deletreado
mudanza malograda.
Sin prisa
Sin prisa, toco tu cuerpo
el tiempo se pega en el sudor
de mis manos, que buscan,
que encuentran la seda de tu piel
tu monte de Venus de volcán,
de fuego, de mojados rizos,
de espesa selva virgen
de terciopelo rojo
de fuego, quemando mi piel
de fuego que grita, que calla,
fuego sin tiempo, sin espacio
fuego de tu alma, abrasador.
Cuerpos desnudos
bañados de sol
de tu piel y mi piel
tu sexo y mi sexo
tu alma y la mía
comunión profana
hostia bendita
amor.
En el fondo de mi copa
En el fondo de mi copa
yacen recuerdos, melancolía,
adagio busco labrando poesía,
aletea desnudo el beso de tu boca
diluida pena, beberla apuro hasta el olvido
Caro tormento que mezcla uvas y fermento
inocente palidez de luna
rojos labios de uva perfumada.
En el fondo de mi copa yace un sueño,
sueño de fiesta, de vendimia,
siega de amor, vides de tu vientre,
frutos de amor, unidos para siempre.
Noches sin ti IV
Se me olvidó, el perfecto
contorno de tu rostro,
mi recuerdo
se lo llevó la lluvia
cuajada de tristeza.
aletea la noche
su mortal herida,
en lentas campanadas
anuncian la tormenta
que borrarán tu nombre
para siempre,
Lo repito en silencio
para que mi herida no lo escuche.
Tu beso
Tu beso es el principio de mis sueños
florecer tu pecho en la alborada
arbolar tu bosque de mi ensueño
presagio de mar y ola acariciada
habitar el aroma de tus sueños
penetrar tu carne con mi verso
descender al cielo de tu estrofa
estrofa del soneto de tus labios
es impregnarse en la ola de tu oda
pecado y redención de mis deslices
tu beso es conjunción de cielos y de rosa
es pétalo y espina conjugados
tu beso es sombra en mi desierto
oasis de mar en mi vigilia árida
tu beso es todo mi existir
¿Por qué te amo?
Por el azul celeste de tus besos
y la tímida caricia de tus manos
por el latido desnudo de tu alma
y la flor ceñida a tu figura
por la tersura afrutado de tu piel
y el contorno exquisito de tus labios
porque te ajustas perfecta a mis espacios
al plenilunio que soñé en verano
a la arena que acaricia tu ola
y al olor dulce de tus pechos
Amo la paloma de tus manos
y el jazmín que emana de tu alma
amo tu analogía con mis ensueños
el sustantivo de tu nombre
el predicado de tu cuerpo
y la oración de amor de tus palabras.
Agonía de amor
Nuestro amor es agonía
del trémulo latido del ocaso
fulgor de estrella
que se apaga
en el confín del universo
hálito fugaz de lejano lucero
gemido vacilante incinerado
por besos de cenizas, olvidado
deleble amor, como la espuma
como trazo en el hielo del olvido
opresión exaltada
en el canto del verso atribulado
naufragio que encalla en un lamento
alma anegada de tinieblas
furtivo amor, de besos, olvidado.
Te regalo
Te regalo mis sueños y mi hastío,
la mejor prenda que tengo
mi corazón enamorado de tu esencia.
el contenido de mis besos
presos de nuestro amor prohibido.
el sueño humedecido,
la reminiscencia de mi copa de vino.
un espacio de mi ávido pecho,
mi historia con su significado auténtico,
y mi indefensa voluntad cuando te veo.
Te regalo mi vida, que tan poco vale sin ti,
el instante en que te conocí,
mi pasión cuando escucho de tus labios
mi nombre, oración de amor,
que profanó mi sueño prohibido.
Me desnudo
Me desnudo en silencio
avanzo entre la bruma
me adentro con tu fuego
abrasándome suave
un gemido delata tu silencio
el silencio me hechiza
espero rendido tu regreso
insaciable mi cuerpo
deposita caricias
me embriagan la ternura
que de tu cuerpo exhala
mis labios se humedecen
en gemidos con ansias
desprendiendo el pudor
me obsesionan tus pechos
como gotas de miel
espiga de tu cuerpo
sin huellas desgranado.
Anoche cuando dormía
Anoche cuando dormía
se fue meciendo el silencio
en una noche de mayo
con soneto de horas tristes
con luna azul de tus besos
un relámpago abismado
un réquiem para tus pasos
que me ha dejado sin lazos
Anoche cuando dormía
soñé palabras de infierno
y es un infierno olvidarte
ocurre como otra noche
nieve, piel, milagro y vida
redondillas de hojalata
Anoche cuando dormía
una guitarra cantaba
y en mi corazón se daba
canto, amor y poesía
libido limbo tu cuerpo
tu voz es canto de amor
orla, pecado y candor
en mi corazón se ha dado
tu voz, tu vida, tu encanto.
Infiel
Bebí el olor de la desesperación
cuando simulé no ver que besabas otros labios.
Tus labios virginales que solo en sueños
acaricié con fantasías de ensueños.
Tus labios besados mil veces
virtualmente en mi mente,
se olvidaron de repetir mi nombre.
He aquí ahora simulo no ver,
aunque me ahogue el llanto.
Se que no tuve el valor
para decir te amo.
Simulé en silencio
indiferencia, mientras un grito
en mi pecho repetía... te amo.
Te ofrezco
Te ofrezco, la mitad de mis versos,
una luna en tinieblas, para que tu ilumines
mis noches sin estrellas.
la mitad de mi mundo,
eternamente tuyo, la mitad de mis sueños.
Te ofrezco mi llanto, que huele a tierra seca,
y al perfume intenso de tu ausencia,
huele a tus ríos, a tus pechos ebrios de caricias,
a montañas de aliento en las tardes sin sol,
la estrella de tus ojos, con tu nombre,
azul dorado, bendito amanecer en tus pestañas.
Mi ofrenda es por las tardes, ya que de noche,
me entrego al sutil recuerdo de tus besos.
Tu beso II
El beso dulce que al partir me diste
¡OH!, beso prodigado en tu mirada
decorado con la caricia idolatrada,
con la simpleza del beso de tu beso,
el beso dulce, de mujer enamorada.
Y la partida, de parpados besados,
frío deceso que jamás se olvida,
como el primer beso, paz alegre,
sublime inercia, tiritando arpegios.
Dos sílabas agitadas en tu boca,
descubrir las letras de tu vientre,
tejiendo la sortija de tus besos,
quimera que amanece con tu beso
cómplice, callado en tu mirada,
tormenta lejana de fusión volátil.
Aturdido de luna
Aturdido de luna
la noche se me escapa
por la rendija de mi puerta
con el ocaso apagado en sus veredas
amanece gastado tu retrato
convaleciente de recuerdos
de largas noches sin estrellas
el viento girando
en pensamientos de vértigo
la noche sorda, gritando silencios
los colores del campo desteñidos
noches sin tu nombre
deletreado con lentitud
de mudanza malograda
sentencia dictada, condena olvidarte
no quiero beber del cáliz del olvido
¡Oh, Dios! aparta de mi ese cáliz
de amargo contenido.
Tu poema
En el buzón atormentado
por tu ausencia,
solo encontré un poema,
me dices que me amas.
Que me des un poema
es extasiarme en ti
es llenarme con tu melodía
y seguir escuchándola
hasta el amanecer
es unirme a ti
en la unión mística
del verso, de la estrella,
de la frase de amor en
el atardecer.
Solo encontré un poema,
es poco, porque te necesito.
Necesito el suave beso,
cuando me despiertas,
el dulce perfume que exhalas
cuando hacemos el amor
el calor de tus enfados
cuando cometo una falta,
el perfecto contorno
de tus labios rojos,
tu sonrisa de niña,
que me cuentes tus alegrías,
tristezas y miedos.
Te necesito, aquí, a mi lado.
Un poema es mucho y es poco,
un poema es
el complemento perfecto
cuando estoy contigo.
Atrapado
Una luz clara y tibia
recorre mi piel cuando te pienso
me atrapan tus ojos y tu boca
se desborda tu pelo como río
tu risa canta primavera
y tu sexo es calido verano
tu aliento aviva incandescente
el deseo de estar en ti eternamente
permanecer en ti abrasado
en trepidante hoguera al viento
y quedarme así atrapado
en la húmeda brasa de tu esencia.
Acaríciame
Depósito en tu vientre mis palabras
alba semilla fecundando poemas.
sin aliento esculpo la silueta de tu sexo
amamantándome de tus pechos de nieve,
bebo en tus ríos, ¡Oh fuente de deseo!
Rompe mi aliento tu pezón encendido,
el rocío de tu sexo moja tu bosque
y estalla mi silencio
cosquillas que se encienden del deseo
de poseerte, galopando en tu cuerpo
sin bridas, sin estribos
amasando tu pan muy dentro de tu horno
descubro en tu piel el pudor
de tu aureola que se enciende
entre mis labios para decir te amo.
Bálsamo
Es sentir el contorno perfecto de tu rostro,
deslizarse al infinito profundo de tus ojos
navegar por la cálida vereda de tus labios
y concebir el aliento perfecto de tu esencia
Pensar en la caricia inmortal de tu mirada
y llegar al puerto delicioso de tu cuerpo,
permanecer abrasado de tu cálido éxtasis.
Es pensar abrigarme entre tus brazos
y concebir el tierno calor de tus caricias.
Eres sosiego del mar de mis tormentos,
sortilegio en la magia de tus pechos.
Eres paz en mis tempestades sedientas
del néctar dulcísimo que tu piel exhala.
Me queda
Me queda una noche por vivir
me queda tu nombre gritando,
el beso atrapado en la alcoba
los sueños fríos, lamentos sin fin.
Me quedan tus besos, tu huella,
la noche y una estrella tiritando.
Me queda por vivir escapar
a los recuerdos de tu nombre
y la dicha eterna enardecida
de tu sexo virginal entregado
en esa noche sin principio ni fin.
Me quedan la noche eterna,
mis lloros contrapuestos a jugar.
Me queda esta noche y no eres mía,
me queda tu sonrisa,
mi pena enloquecida
de esperar.
Amor que pasa
Amor que pasa,
hay bocas saladas
por las tempestades,
tan distante el mar,
con olas nocturnas
que se emborrachaban
de amor prohibido
de hambre de luna,
mirando hacia el río,
temblando de frío
tan lleno de luna
rodando en el lecho
desnuda y preñada,
arrastrando flores,
hasta naufragar.
Con la luna llena,
muy cerca del mar.
Calles vacías
En las calles vacías, nada pasa,
ella se fue de viaje, solo veo
por la ventana un vacío, sin sentido.
Vuelvo a buscarla. Déjame intentar
rescatar nuestro amor, y si te vas,
no me digas nada, se que no es el fin.
No me digas nada, ya dijimos todo.
Enséñame a saber lo que es estar sin ti,
pues sin ti, nada existe, nada soy, solo
medio humano a punto de enloquecer.
En esta mañana gris, en que solo pienso en ti,
háblame, que sin ti, no soy nada,
enajenado estoy. Quédate por favor,
mírame enloquecido y llena de besos mi soledad
Reclamo la savia de tu cuerpo
Reclamo la savia de tu cuerpo
Conozco tu lengua de muchacha
He probado la leche en tus pezones
y el jugo de tu fruta de manzana
dulces, ebrios de ternura
Te sentí palpitar la noche entera
disolviendo el azúcar de mis sueños
y el olor de azucenas que se abría
en las luz separada de tus nardos
He probado el olor a espigas en mis ojos
y el perfecto milagro de tus carnes
con tus pequeños riachuelos y tus valles
que se rompen en sílabas de besos.
En una ciudad de nadie
La encontré así en una ciudad de nadie
con olor a almizcle, sin madre, sin gritos, sin nombre
no podía llorar y dejó que mis besos la abrigaran
La tarde cae, desde el pezón, como cada verano
Hablas de libertad y hurgas en mi ombligo
por eso he escondido tu esencia en el silencio
y me he quedado aquí, pálido, inerte, viviendo
en los callejones de esa ciudad sin nombre
así me gusta hasta que el sol se traga las palabras
Fausto González Martínez
Tijuana, México
2008
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