Evocando a Federico García Lorca, Miguel Hernández, John Keats, Y pensando en el libro Los niños de miedo de Gloria María Medina (Mi libro se quedó en Colombia).
"Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento." MH
"Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros." FG
"Brota en el estío tu canto enajenado." JK
Para la estocada trajeron toros flacos,
los que lloraban aun faltando las cebollas;
en la ranchería una niña muere lentamente
no tiene ni uñas para comerse;
hay una niebla dulce y un río sosegado
para mecer los cuerpos.
Los ganaderos estrechan el camino del ganado
para hacer más apetitoso su banquete;
y tal vez canto como las negras piedras
en la garganta de un ruiseñor enajenado
¿Oyes sus chasquidos,
su trino difuminado en el aire?
He recogido mis propias plumas.
Y los pequeños a los que hurgaron su templo;
ellos crecen en una loma poblada de estrellas,
y vuelan como pájaros ardientes entre fuegos artificiales
lanzados por hombres ciegos.
Los viejos siguen jugando a la guerra
como se juega al dominó y se toma una cerveza;
convoca a los buitres para que consuman la carroña;
el trigo y la cizaña no solo crecen juntos,
también coinciden con la muerte;
siempre quise hacer la oración
para que sobreabunden los panes y los peces.
Alguien roba el bastón del indígena
para golpearlo por la espalda
como tatuaron pieles de ébano
los que saquearon el oro;
la ansiedad parece repetirse,
y falta saliva en los labios.
A los artesanos y los campesinos
les pagaron con mendrugos;
hay una miedosa quietud en la noche,
la hojarasca puede espantar a los pequeños;
el resuello del viento se cuela en el insomnio
y no alcanza ni para un café pirata.
¿Qué negocio hiciste olvidando
a tu mujer y a tus hijos?
Desde que nací, en mi pecho
vi la bandera a media asta
sin trompetas para hacerme honores.
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