El orgullo no debe tentar al amor,
ni pasearse la insolencia en la mesa,
la discordia tiene mucha experiencia
en derramar el mejor vino.
La vanidad no atore la garganta,
no entorpezca el corazón la lengua,
el agua pura viene con medida
a la boca de los sedientos.
La inteligencia va con la humildad
de la mano, a cantar la ronda;
hay dichos que no ganan coronas,
la flor más hermosa fenece.
La prudencia está en los ojos del juez
la misericordia en el silencio del sabio
ven a la misma balanza con tu enemigo
y te diré lo que aborreces.
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