Los multiuniversos se inclinan para adorarle
La tierra se detiene ante el Invisible.
El sol se desprende poco a poco de su orgullo,
rinde a Jehová su gloria.
Andromeda se acerca a la Vía Láctea,
mira en la creación;
ve el cambio en su pueblo de tinieblas a luz.
Dios conmovió a las estrellas
hasta volverlas supernovas,
como una fiesta solemne.
La Luz Mayor, La Luz Sublime
calló para honrar a la Majestad,
por cuanto es el más grande de los humildes.
Bendita y muy fuerte su mente
que soporta a la humanidad.
Bendito su Espíritu que con su aliento
hizo el Big Bang.
Bendito el Padre cuya inteligencia supera toda ciencia.
Bendito el Hijo, el Rey de Sabiduría
eternamente y para siempre.
Por Él, Saturno guarda los diamantes
como la Ley del Viviente en el corazón de Sion.
¡Aleluya!
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