Hay días que son claros para mí
un niño lucha por no odiar
a quien mino su casa
y resquebrajó las paredes
tírate al suelo le dije
mientras se golpeaban sus piernas
con los tiestos que le cayeron encima
De nuevo la hiel con el vinagre para la boca
en la infame esponja
de nuevo la caña golpeando
la cabeza de un rey con corona de espinas
¿hasta cuándo la humillación?
Un niño lucha por no maldecir
a quien bloqueó recibir el pan en su mesa
un niño lucha y desea la muerte
y se pregunta por su madre
su padre hace mucho que no está
y ni siquiera sabe si se fue con ropas limpias
o con el lodo que se forma de los sudores
en el desierto
un niño no sabe quién será condenado mañana
ni quién absuelto
no sabe si habrá indulgencia
si Jesús volverá a predicar a los muertos
y desea no haber venido a ver la injusticia.
Antes comía pan caliente
su mamá hacía un delicioso guisado
un niño recuerda las aguas donde se bañaba de pequeño
pero está lejos y son tiempos de guerra
de vez en cuando se ríe y vuelve a la orilla de un río buscando pájaros
o viaja al pie del camino desde el que se ven las cabras monteses
pero le da miedo reírse
porque explotan cohetes en su cabeza
y ya no puede dormir
hace mucho su cuerpo está en estado de alerta
y el sonido de las sirenas le hace abrir los ojos
para darse cuenta que está solo
y no huele a la ribera ni a monte
sus pequeñas hermanas no están
una jugaba a cavar pozos lejos de los abismos
y otra se perdió en una cantera
el niño espera el agua y las piedras preciosas de sus hermanas
tal vez con eso pueda comerse un pan dignamente
el niño ha hecho preocupar a su madre
ella llora esperando que vuelvan los doctores a sanar la mente del niño
pero hay un niño perdido desentendido del mundo
cuando el niño pisa las calles polvosas ve las ruinas
y entiende que la mano de Dios hizo cosas perfectas
y se pregunta por el país de Dios
ese paìs que no está en los mapas de la tierra
ese país que no tiene fronteras
donde la xenofobia no se nombra
y el niño alucina con un sueño eterno
para despertar en otro país
un país sin nombre
donde las gentes no son las gentes
porque aquí los que dicen ser gente desatienden la justicia
ese país que parece extraterrestre por causa del respeto a la vida
y el niño sabe de los doctores y doctoras con batas blancas
cuando los ve llora para que le den una cura
y se sienta en un banquito esperando
un pequeño manjar que lo haga desear ese país
hay un niño sangrándole su frente
deseando viajar a esos campos donde está el reposo
hay días que son claros para mí
y dentro de mí cargo a un niño cansado.

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