
Vienes a mí con el penacho puesto
para iniciar el ritual.
Yo me poso a tu lado con sigilo
como gorrión en la sabana.
Se me aguan los ojos
cual sabueso que distingue
tu aroma de alelíes.
Hincho mi deseo
para que escuches
de mi cigarra los timbales.
Comienza la danza;
te hago sentir
el cuero de los tambores;
pongo luciérnagas
sobre tu hierba húmeda.
Tú, afinas tu oído cual elefante;
yo te canto mi amor
con sonidos onomatopéyicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario