Adportas del invierno. estuvo lista tu maleta con la ropa pulcra.
Los gatos huérfanos lloriquean en el muro que se desprende.
Poco a poco sin el techo y la pequeña columna del centro, no hay paredes firmes; cada uno habla su idioma en aquella Babel.
El perro gime porque quiere amores, reaprende las señales de otros.
Desde este flanco cala el frío y quema sobre la piel enrojecida de tanto azote.
Han escalado sobre nuestras espaldas con zapatos puntiagudos.
Detrás de la neblina viven tus ojos
y esas manos que juegan con el hijo sagrado.
Soy como una pulga que vislumbra lo alto de los montes.
Ya no puedo ver, ni oír nada, solo divago sobre mi eje.
He perdido la raíz que me sujetaba a esta tierra lejana; y debo sembrarme a mí misma, despojarme del cascaron para nacer...
1 oct 2023