Ya no soy poeta
Ya mis versos emigraron cual mariposas.
Yo fui un zorro cazando vanidosas palabras de una lechuza esquiva;
fui un oso que se fue a hibernar hambriento;
me enviaron los lobos
y quedó huella de mi sangre en la nieve.
No busques mis letras.
Yo no fui Adán nombrando las especies,
yo no inventé nada,
era solo el rastro de una costilla.
Fui Eva, muy avergonzada,
sintiéndo como foca las gélidas aguas,
buscando miedosa las hojas
para cubrir mi desnudez,
viendo compungida la espada revuelta.
Yo fui un pulpo que creyó en la inocencia de los tiburones;
un payaso sin maquillaje;
y vi la serpiente morder el calcañar de mis hijos nonatos.
Mi pandero y mi flauta durmieron.
No, ya no soy poeta,
me lanzaron a pescar sin red en aguas turbulentas.
Ya no colecto plumas de pájaros,
ni pego hojas secas en mi cuaderno,
ya no viene tras de mí el olor de las rosas;
después de ser presa de escorpiones,
en mi desvario, entre sombras
solo puedo hablar con luciérnagas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario