¿Por qué debí dejar todo lo que nos signaba, tan de repente?
Esa manera del Hombre de amputarnos los brazos,
de golpear el calcañar,
y cavar más hondo la fosa...
Las fotografías no traen caricias tibias
ni esa chispa de sentirnos vivos
aunque fuésemos tormenta y calma,
cerezos en primavera y arces rojos.
¿Subir a los trapecios fue menos que polvo,
y todas las emociones vasijas rotas?
Le preguntaba por qué no oyó la voz cuando se acercaban las góndolas,
cuando le invitaban al mar cristalino.
Pero él solo veía las golondrinas y los alcatraces,
él solo recordaba cuando alimentamos a los pelícanos y a los leones marinos;
él no miraba la proximidad del incendio
cuando vimos correr en la playa a los perros.
¿Quién atracará en este puerto que ha sido desdeñado?
¿Por qué mostrar los dientes manchados, las lenguas del desconsuelo?
El agua inundaba el patio, la hierba se fue marchitando, y no podía oler los chiles dulces.
¿Fueron presagios el muelle solitario y la alhóndiga vacía?
Le pregunté por los trazos de futuro dibujados;
por la puesta en escena y la obra inconclusa;
y se sentó en el sillón con aspecto de hombre nuevo,
me miró, y solo extendió sus manos y en ellas, un corazón limpio.
5 de octubre de 2023
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