Te espero, delante del sol anaranjado
cayendo ante mis ojos,
en las orillas del deseo;
acurrucada en el armario
donde añoré la libertad y el suave lecho.
Te espero, mientras huyo del cieno,
y quito los puñales propios
que cargué en el pecho;
en el camino estrecho
hasta que el río me anegue
y sea esa gota entre tus dedos.
Te espero, sembrando silencios en la lengua,
abriendo la intuición a las señales,
rastreando huellas;
asomada por muros buscando tus mejillas;
aprendiendo de mi perro a olfatearte,
y de los gatos a marcarte con la oreja.
21 de abril 2023
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